¿Qué pasará? El gigante de las baterías que se declaró en bancarrota y que golpea a otras industrias

El fabricante sueco de estas piezas para los vehículos eléctricos llevaba meses luchando contra una millonaria deuda.

Muchas empresas sufrieron crisis financieras en 2024.

Ante las turbulencias económicas internacionales que se agravaron durante y después de la pandemia del Covid-19 desde el año 2020, un sinfín de empresas, por más que fueran gigantes y estuvieran consolidadas en el mercado, tuvieron que afrontar problemas financieros sistemáticos. Recientemente Northvolt, la empresa sueca de baterías para autos eléctricos anunció su bancarrota.

Desde noviembre se encontraba bajo la protección de la ley estadounidense de quiebras para intentar encontrar nuevos inversores, pero su operación para la supervivencia fracasó rotundamente. En un comunicado, el grupo indicó que después de buscar todas las opciones disponibles para negociar y sobrevivir, la empresa no consiguió reunir las condiciones financieras necesarias para continuar sus actividades.

Desafíos financieros y falta de inversores: el colapso de Northvolt

Como muchas empresas del sector, Northvolt se vio confrontada en los últimos meses a una serie de desafíos que debilitaron su situación financiera. Entre ellos, el aumento de costes de capital, la inestabilidad geopolítica, las interrupciones de la cadena de suministro, y los repentinos cambios en la demanda del mercado.

En enero, los accionistas autorizaron que siguiera la actividad y buscaron nuevos inversores. Los dos principales inversores del grupo sueco son el fabricante de automóviles alemán Volkswagen, también con problemas económicos, y el banco estadounidense Goldman Sachs. Desde 2016, el fabricante sueco era considerado uno de los pilares de la producción en la construcción de baterías.

El impacto global de la quiebra de Northvolt y sus repercusiones en la industria de baterías

Para las empresas de automóviles eléctricos, Northvolt representaba un pilar fundamental en la producción de células de baterías para automóviles. Su quiebra afectará fuertemente a las empresas productoras de autos eléctricos e híbridos, siendo Volkswagen la compañía más afectada. Europa sólo representa el 3% de la producción mundial de células de batería, pero aspira a llegar a un 25% del mercado de aquí al final de la década.