La semana pasada, en el corazón del barrio porteño de San Telmo, reabrió sus puertas Supercoop, un supermercado que fue sinónimo del sector cooperativista en los años 80. Ubicado en la avenida Independencia 456, este regreso se dio gracias a la alianza entre El Hogar Obrero, histórico emblema del sector en Argentina, y la Cooperativa Obrera de Bahía Blanca.
Reabrió supermercado ícono de los 80: foco en precios bajos y marcas propias
Supercoop, el supermercado del Hogar Obrero, volvió a operar con la inauguración de un local en San Telmo. Cómo es por dentro y qué ofrece.
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La historia de Supercoop se remonta a principios del siglo XX, cuando El Hogar Obrero comenzó su camino en 1905 con el objetivo de proporcionar soluciones accesibles en vivienda, consumo y crédito a trabajadores y sus familias. A lo largo de las décadas, este emprendimiento creció hasta convertirse en una de las principales cadenas de supermercados del país, alcanzando su apogeo en los años 80 con 300 locales en 14 provincias, 2 millones de socios y más de 14.500 empleados. Fue pionero en ofrecer marcas propias y precios solidarios, beneficiando tanto a sus asociados como al resto de la comunidad. Pero el impacto de la hiperinflación de 1989, combinado con políticas económicas adversas y la pérdida de capital en los años 90, llevaron a la cooperativa al borde de la desaparición. Tras décadas de dificultades y un concurso de acreedores que recién se resolvió en 2012, El Hogar Obrero vuelve a apostar por su icónica marca, esta vez de la mano de la Cooperativa Obrera, que aporta su experiencia con más de 149 supermercados en siete provincias.
El flamante local de San Telmo fue inaugurado tras una inversión de u$s1,5 millones, antes funcionaba allí un Carrefour. Al recorrer las góndolas, se puede encontrar una amplia oferta que incluye desde primeras marcas hasta productos de cooperativas y empresas regionales. Además, Supercoop mantiene su tradición de marcas propias con más de 400 productos desarrollados por proveedores locales. Estas marcas –Cooperativa, Ecoop y Primer Precio– abarcan desde alimentos básicos hasta productos de limpieza, con precios que en su gran mayoría son bastante más bajos que las primeras marcas.
Por ejemplo, se puede adquirir leche larga vida a $999, tapas de empanadas a $980 y queso cremoso sin TACC a $4.900 el kilo. En la sección de conservas, una lata de duraznos en mitades marca Cooperativa cuesta $1.690, mientras que el puré de tomate Primer Precio se ofrece por $699 y una lata de arvejas por $594. Para quienes buscan productos de panadería, un pan de mesa de 350 gramos cuesta $1.690, y un pan dulce con trocitos de chocolate, ideal para las fiestas, se vende a $2.899. Incluso hay secciones especiales como "Pronto Consumo", donde los productos próximos a vencer tienen precios aún más bajos.
Pero Supercoop no solo apuesta por la oferta de productos, sino también por fortalecer su modelo cooperativo. Asociarse cuesta apenas $50 y da acceso a descuentos adicionales. Además, el 85% de las ganancias de la cooperativa se redistribuye entre sus socios en forma de bonificaciones anuales.
El dato clave es que El Hogar Obrero tiene actualmente varios edificios con potencial de reabrirse como supermercado y la asociación con la Cooperativa Obrero de Bahía Blanca, fuerte firma de retail en el interior del país, abre una gran posibilidad de expansión para ambas empresas.
Lo cierto es que la reapertura de Supercoop no solo evoca nostalgia entre quienes recuerdan sus años de gloria, sino que también representa un modelo de negocios diferente. Con su lema de ofrecer “precios solidarios y responsables”, busca convertirse nuevamente en una alternativa confiable en un mercado dominado por grandes cadenas.
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