La histórica cadena de electrodomésticos Ribeiro, con más de 110 años de trayectoria en Argentina, se enfrenta a un momento crítico. Recientemente, comunicó formalmente en una nota enviada a la CNV que la justicia rechazó el acuerdo que había rubricado con sus acreedores en medio del concurso preventivo que abrió en 2021 y con el que busca reestructurar deudas por más de u$s5.300 millones.
Ribeiro más complicada: la justicia rechazó acuerdo con sus acreedores
La Cámara de Apelaciones decidirá el futuro de la cadena de electrodomésticos Ribeiro que acumula deudas por más de $5.300 millones.
Más concretamente, la empresa, que es comandada por la familia Ribeiro, recibió el revés de la justicia respecto a un acuerdo que había llegado con sus acreedores tenedores de títulos, obligaciones negociables (ON), que había emitido en el mercado. Ahora la palabra final es de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial.
Ribeiro había presentado varias propuestas de acuerdo a sus acreedores, las cuales fueron mejoradas en múltiples ocasiones. En diciembre de 2022, la empresa presentó su propuesta inicial, que fue aclarada y mejorada en febrero y julio de 2023. Esta propuesta ofrecía una compensación adicional para los acreedores titulares de obligaciones negociables, equivalente al 5% de la rentabilidad futura de la empresa.
En marzo de este año, la firma alcanzó un acuerdo con sus acreedores, quienes aceptaron la propuesta. En tanto, el juez encargado del concurso reconoció la existencia de este acuerdo. Sin embargo, no pasó de inmediato a la homologación, ya que el Tribunal concursal solicitó la intervención del Ministerio Público.
Más acá en el tiempo, en octubre de este año, el juez rechazó la homologación del acuerdo y argumentó que la propuesta no tomaba en cuenta los ajustes necesarios por inflación y que no respetaba el privilegio de los acreedores laborales. Esto llevó a Ribeiro a apelar la decisión ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial.
Lo cierto es que ahora el futuro de la empresa depende de la resolución del recurso de apelación. Si se acepta, el acuerdo podrá ser homologado y Ribeiro podrá continuar con su plan de reestructuración. En este momento, la empresa sigue operando bajo la protección del concurso, con la esperanza de alcanzar una solución favorable para todas las partes involucradas, pero la posibilidad de la quiebra vuelve a estar latente en el futuro de la empresa.
La debacle
Ribeiro comenzó a enfrentar problemas financieros en 2018 tras fuerte devaluación, que incrementó sus costos financieros y afectó las ventas. A pesar de registrar una facturación récord de $370 millones en 2017, la contracción del consumo y las dificultades económicas del país deterioraron rápidamente su situación. La pandemia de 2020, que forzó el cierre de sucursales y la interrupción de operaciones, agravó la crisis, al punto de dejar a la compañía prácticamente sin ingresos durante meses.
Según consta en sus balances, entre 2018 y 2019, los accionistas invirtieron u$s20 millones para intentar sostener las operaciones. Sin embargo, la falta de financiamiento y problemas en el abastecimiento de productos debilitaron su capacidad de recuperación.
La empresa, que llegó a tener alrededor de 90 sucursales y emplear en forma directa cerca de 2.000 personas, en la actualidad tiene una estructura mínima. Con menos de 10 locales a la calle y una web en la que comercializa un stock de productos sumamente acotado.
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