2 de julio 2024 - 20:29

Una pyme de materiales para la construcción inauguró su nueva planta con una inversión de u$s10 millones

Pertenece a Anclaflex, una empresa fundada por tres desocupados en medio de la crisis de 2001. Ahora duplicará su capacidad de producción.

Alfonso Bonfiglio, uno de los tres socios fundadores de Anclaflex en medio de la crisis económica de 2001.

Alfonso Bonfiglio, uno de los tres socios fundadores de Anclaflex en medio de la crisis económica de 2001.

Anclaflex, la compañía nacional que produce y comercializa pinturas y revestimientos para la construcción desde hace más de 20 años, concretó la inauguración de su nueva planta ubicada en el polo industrial de General Rodríguez, provincia de Buenos Aires, que demandó una inversión de u$s10 millones.

El complejo de 11.500 metros cuadrados duplica el tamaño de la planta original de la empresa en el mismo predio y permite producir más de 30.000 toneladas de producto por año.

En base a esta ampliación de su capacidad instalada Anclaflex proyecta una facturación de u$s11.250.000 para este año.

El proyecto, que tiene como misión incrementar la capacidad productiva y ampliar sus servicios, permitirá para mediados del 2024 aumentar de 2.750.000 kg de productos por mes a más de 4.700.000 kg.

En su nueva planta, Anclaflex produce revestimientos clásicos y de diseño, pinturas, enduidos, impermeabilizantes, micropiso cementicio, niveladores de superficies para pisos y paredes y construcción en seco.

Además, permite la integración completa de los procesos productivos de la empresa, abarcando desde la adquisición de materias primas hasta la distribución del producto final.

“La mudanza a la nueva planta representa un hito que potenciará nuestro plan de producción. Somos una compañía familiar que en la actualidad emplea a 140 personas y con esta obra crearemos nuevos puestos de trabajo e impulsaremos el mercado local. Es importante resaltar nuestra plena confianza en el talento de nuestro equipo para crear productos que cumplan con los más altos estándares de innovación”, expresa Emiliano Bonfiglio, CEO de Anclaflex.

"La idea es continuar abriendo más puntos de venta bajo nuestro sistema de Soft Franchising para llegar a todo el país e incluso a Uruguay, Paraguay y Bolivia, que son nuestros países objetivo inmediato. La exportación siempre fue parte de nuestro plan estratégico. Desde el primer momento lo hacemos y nos concentramos en países limítrofes y de América del Sur", añadió Bonfiglio.

Cómo reinventarse en medio de la crisis de 2001

La historia de Anclaflex se remonta a 2001, en medio de la crisis económica del gobierno de Fernando De la Rúa. En ese momento, Alfonso Bonfiglio, perdió su trabajo después de haber sido directivo de un conglomerado de empresas belgas en el país.

Animado por la necesidad de reinventarse, decidió lanzarse a un emprendimiento propio junto a dos socios, Ricardo Flores y Pedro Guida. Así creó Anclaflex, con una inversión inicial de lo que entonces eran $50.000 o dólares.

Alfonso Bonfiglio, recibido de contador, trabajó como director del Grupo Etex, una multinacional de origen belga dueña de marcas como Durlock, Eternit, Fademac, Nicole Eterplax y Cerámica San Lorenzo. Ricardo Flores era gerente de producción de Fademac, y Pedro Guida era el gerente general.

En medio de la crisis de 2001 el grupo belga cambió su modelo de negocio y los tres se quedaron sin trabajo a los 55 años. Y así nació la idea de encarar un proyecto en común basado en la experiencia que tenían acumulada en la industria de materiales para la construcción.

“Empezamos a hacer algo para poder sobrevivir y pagar la obra social”, explicó Ricardo Flores, uno de los cofundadores.

Así fue como se les ocurrió fabricar una masilla para placa de roca de yeso. Fue su primer producto y, luego de varios intentos fracasados, lograron producirlo con máquinas compradas en chatarrerías. Fue el primer éxito de la joven empresa.

Comenzaron en un garaje alquilado de 30 metros cuadrados en Villa Adelina. Hasta que con el paso del tiempo pudieron abrir su primera fábrica en el Polo Industrial de General Rodríguez. El mismo lugar donde ahora inauguraron su planta de 11.500 m2 que duplica la superficie de la anterior.

Ese humilde comienzo marcó el inicio de Anclaflex, que creció de forma ininterrumpida en el mercado local, con una serie de inversiones realizadas. En la actualidad, entre Argentina y Uruguay, cuentan con una red de 650 distribuidores de los cuales 20 están comercializando sus productos bajo el modelo de Anclacentros.

Una inversión con compromiso ambiental

La inversión que exigió la nueva planta incluye la implementación de prácticas de uso de energías renovables, que permitirán generar alrededor de un 30% del total de la energía necesaria para su proceso productivo.

Anclaflex desarrolla sus productos con un enfoque en la preservación del medio ambiente. Es por ello que sus productos se elaboran utilizando principalmente recursos hídricos, y el diseño de la nueva planta industrial prioriza la recuperación de aguas pluviales, el reciclaje de polvos residuales y la capacidad de generar parte de su energía.

A su vez, se involucra con la comunidad a través de diversas iniciativas de RSE, como su Centro de Capacitación, que ha brindado formación gratuita en varios oficios a más de 15.000 personas, un comedor en la planta que ofrece apoyo constante, así como colaboraciones con instituciones como el Hospital Garrahan, proyectos de arte urbano y programas de capacitación en prisiones y municipios de la Provincia de Buenos Aires, entre otros.

Anclaflex experimentó varios hitos significativos desde su fundación. Entre ellos, la expansión de su línea de productos y el fortalecimiento de sus equipos de gestión intermedia, lo que les brindó la confianza necesaria para dar el salto en el momento oportuno.

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