En medio del proceso judicial que mantiene detenidos a cuatro exdirectivos de Vicentin -acusados de asociación ilícita y estafa en el marco del concurso de acreedores-, una voz del sistema financiero internacional salió a respaldar a uno de los imputados. Se trata de Gert-Jan Mulder, exdirector del banco Rabobank en Argentina, quien firmó una carta pública en defensa de Roberto Gazze, histórico ejecutivo de la cerealera santafesina.
Vicentin: un exRabobank salió en defensa de Roberto Gazze, uno de los detenidos
Gert-Jan Mulder, exdirector del banco holandés en Argentina, cuestionó la prisión preventiva y advirtió sobre el riesgo de criminalizar la gestión empresaria.
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El Rabobank es uno de los bancos internacionales que más financian al agro local.
El texto, titulado “Carta desde la banca: en defensa de Roberto Gazze y la dignidad empresarial”, fue difundido esta semana y apunta directamente a los procedimientos judiciales aplicados en la causa. “Con profundo pesar sigo los hechos recientes en torno al caso Vicentin y, en particular, la detención preventiva de mi amigo personal desde hace más de 35 años”, abre Mulder, quien asegura haber sido testigo del crecimiento de la firma desde sus tiempos como proveedor financiero.
Críticas al proceso judicial
Mulder no niega la gravedad de los hechos bajo investigación, pero pone el foco en las formas. “No me corresponde afirmar inocencia ni culpabilidad -eso le incumbe a la Justicia-, pero sí me preocupa profundamente el procedimiento aplicado”, afirma, tras señalar que la prisión preventiva por 120 días aplicada a Gazze y a otros tres exdirectivos “despierta dudas legítimas sobre la equidad del proceso”.
Según el exbanquero, los abogados defensores “recibieron la acusación a las tres de la madrugada, horas antes de la audiencia”, lo que a su entender compromete el derecho a una defensa efectiva. También cuestionó el tono público del caso: “¿Qué mensaje se transmite cuando se convierte una audiencia judicial en un espectáculo mediático?”, se pregunta.
Preservar activos, no criminalizar la gestión
En otro tramo de la carta, Mulder llama a distinguir entre fraude y fracaso empresarial. “La diferencia no siempre es clara, y el riesgo de criminalizar la gestión es tan real como peligroso”, advierte. “Las crisis no se resuelven buscando culpables a cualquier costo, sino construyendo confianza, reglas claras y procedimientos justos”, escribe, en alusión al colapso financiero de Vicentin.
El exdirectivo del Rabobank también defiende la actuación de la firma en el marco del concurso. “Se habla de desvío de fondos, pero también de esfuerzos genuinos por ofrecer alternativas a los acreedores, preservar los activos productivos y mantener en pie una empresa que, hasta hace poco, daba empleo directo a miles de personas”, plantea.
Un mensaje al Gobierno
En el cierre, Mulder dirige un mensaje al presidente Javier Milei, a quien define como un dirigente que impulsa “la libertad económica y el orden institucional”. A él le pide que “esta causa no se convierta en un símbolo de injusticia”. Y concluye: “Argentina necesita seguridad jurídica, sí, pero también respeto por la presunción de inocencia y el debido proceso”.
Gazze, Rabobank y la trama judicial de Vicentin
Roberto Gazze fue uno de los directivos históricos de Vicentin y está detenido junto a otros tres exejecutivos. La Justicia santafesina investiga una presunta maniobra de vaciamiento y fraude por la que se desviaron activos durante el concurso de acreedores iniciado en 2020. En febrero, la Corte Suprema provincial revocó la homologación del acuerdo preventivo con acreedores, lo que desató nuevas presiones sobre la firma.
Rabobank, uno de los principales prestamistas internacionales del agro argentino, fue acreedor de Vicentin y tuvo una relación cercana durante años. Mulder, que fue su director en Argentina, afirma haber conocido a Gazze en ese marco y haber seguido de cerca la evolución del grupo. Su carta no busca negar los hechos, pero sí reclama debido proceso, proporcionalidad y respeto institucional, en una causa que se volvió también símbolo del deterioro judicial y económico de la empresa.
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