5 de marzo 2025 - 16:59

Vicentin en una encrucijada: incertidumbre salarial, presión gremial y negociaciones contra reloj

La empresa informó que pagará el bono de gratificación acordado, pero los salarios siguen en duda. Busca acuerdos con sus acreedores para mantener sus operaciones.

La empresa sigue sin poder garantizar el pago de salarios. 

La empresa sigue sin poder garantizar el pago de salarios. 

La crisis de Vicentin se agrava y pone en riesgo su funcionamiento y el salario de sus trabajadores. Aunque confirmó el pago del bono de gratificación, sigue sin garantizar el pago de los sueldos de febrero. Ante esta incertidumbre, los sindicatos advierten sobre un posible paro nacional si no hay una respuesta concreta en los próximos días. En paralelo, la compañía intenta cerrar acuerdos con terceros para operar bajo el esquema de fasón y evitar la paralización de sus plantas.

En este marco, la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso y sindicatos regionales exigen una definición antes del fin de semana. Mientras tanto, la continuidad laboral de cientos de empleados depende de la capacidad de la empresa para obtener financiamiento y sostener su operatividad.

La realidad es que la empresa afronta quizás su peor crisis desde que entró en default en diciembre de 2019. Según detallan en el sector, la semana pasada estuvo a punto de quedarse sin energía por una deuda impaga, pero un aporte de Bunge y Viterra evitó el corte del suministro en el último momento y permitió que la producción continuara.

Por su parte, a partir de la próxima semana, la empresa enfrenta otro problema: no tiene aseguradas nuevas tareas de producción. Los contratos con ACA, Bunge y Viterra, que garantizaban el envío de granos para su procesamiento, finalizaron y no fueron renovados. La decisión de estas compañías responde al fallo de la Corte Suprema de Santa Fe, que declaró inconstitucional la propuesta de pago concursal de Vicentin, frustrando la venta parcial de la empresa y dejando su futuro en el aire.

El mayor problema de la compañía es que no tiene materia prima para procesar y es por ello que busca cerrar acuerdos, incluso con sus acreedores, para no paralizar sus operaciones, algo que en la práctica también viene muy complicado. Es que los acreedores sostienen que cualquier solución definitiva debe incluir un cambio en la conducción de Vicentin. Para ellos, la alternativa viable sería el "cram down", un mecanismo que permitiría el ingreso de nuevos actores para reestructurar la deuda y dar viabilidad a largo plazo. A su vez, aseguran que, con una gestión eficiente, se pueden conseguir los insumos necesarios para continuar operando, pero cuestionan la capacidad del equipo directivo actual para lograrlo.

En definitiva, con la presión sindical en aumento y la necesidad de soluciones urgentes, Vicentin atraviesa días decisivos. La posible paralización de sus plantas y un conflicto gremial de gran escala podrían afectar a toda la industria aceitera del país. Es por ello que hasta el gobernador de la provincia de Santa Fe, Maximiliano Pullaro sigue de cerca la situación, preocupado por el impacto que un eventual conflicto gremial podría generar. El final sigue abierto.

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