El presidente de la Nación, Javier Milei, en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso de la Naciónanunció, entre otros temas, la reducción de impuestos y una reforma tributaria integral, lo que involucra a los tres niveles de gobierno.
¿Cómo evaluar la reforma impositiva estructural?
Desde el gobierno se viene anunciando, sin aportar mayores datos, que estudian modificaciones impositivas que apuntan a reformular el sistema actual. Es importante analizar su viabilidad e implementación
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Es preciso reducir la carga tributaria
Frente a tales anuncios surgen al menos tres interrogantes o inquietudes que hacen a la anunciada reestructuración impositiva en el país
¿Qué tan viables es esta propuesta?
Más que viable es necesaria la reducción de impuestos. No sé qué porcentaje sería el adecuado, pero la limpieza debe surgir de un cuidado análisis del impacto no solo a nivel de las empresas sino también a nivel de las provincias y principalmente el social.
Por otra parte, el Estado debe asegurar que este “beneficio” llegue al consumidor, de manera que se transforme en el motor que impulsa la economía, se instalen industrias y se genere movimiento para el crecimiento regional y de la Nación.
¿Qué impuestos serían "inamovibles"?
Repasando a nivel global la participación de cada impuesto en el total de la recaudación, el 74% de la recaudación impositiva del año 2024 proviene de los impuestos a las ganancias y al valor agregado.
Luego siguen los impuestos que recaen sobre los patrimonios, como son los casos del impuesto sobre los bienes personales, sobre el capital de cooperativas y el impuesto sobre débitos y créditos bancarios, con una participación del 13 %. En suma, el 87% de la recaudación impositiva proviene de estas 3 manifestaciones de capacidad contributiva.
A nivel mundial, el impuesto sobre los consumos (IVA) y el impuesto sobre las rentas (impuesto a las ganancias), son dos manifestaciones de capacidad contributiva que suelen utilizar los países centrales para captar impuestos de los contribuyentes.
Consideramos que estos impuestos deben continuar, aunque sería conveniente ajustarlos a los hechos económicos y financieros actuales, de manera que no se tornen regresivos.
¿Fuerza con esto a las provincias y municipios a seguir el mismo camino?
No. Por el contrario. La reducción de impuestos nacionales coparticipables va a provocar que las provincias busquen obtener ingresos de otras fuentes o incrementando la presión impositiva con los actuales.
La situación económica de las provincias es muy despareja. Hay provincias de corte netamente agropecuarias que sufren los vaivenes del valor de sus productos, especialmente en el exterior. Las que están fortalecidas por la actividad petrolera o minera sufren el impacto del crecimiento en sus costos. Y luego están las provincias cuya actividad principal surge del trabajo que pueda dar el Estado.
En esta disparidad de situaciones cada provincia va a tratar de ajustar su economía con los impuestos que tiene más los que recibe de la coparticipación.
Por ello, las provincias con menor actividad económica real tenderán a incrementar sus impuestos en mayor medida que el resto, lo que podría generar una presión interna que obligue a las pocas empresas instaladas a mudarse a zonas de menor presión tributaria.
(*) Gerente de Impuestos de Pgk Consultores
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