30 de junio 2024 - 00:00

Desafiar la incertidumbre: estrategias de para triunfar en el mundo profesional

Ya todos sabemos que la flexibilidad en esta nueva normalidad una habilidad crucial para un mundo donde la incertidumbre es lo corriente. Aprender a adaptarnos y prosperar en medio del caos nos vuelve más dúctiles. Sin embargo, la pregunta es, ¿alcanza?

Entrenar nuevas habilidades es nuestra responsabilidad y como adultos no podemos quedarnos a la espera.

Entrenar nuevas habilidades es nuestra responsabilidad y como adultos no podemos quedarnos a la espera.

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Pensemos en la metáfora del bambú, que nos invita a transformarnos en seres fuertes que se curvan con el viento, pero sin romperse. Sin embargo, lo que era viento hoy es cambio climático. Pasamos de las tormentas y de los vientos huracanados a sequías severas. Lo que nos obliga a pensar en la imagen del cáctus.

¿Por qué cactus? La respuesta la encontré en las páginas del libro "Antifrágil" de Nassim Taleb. Este texto va más allá de la mera flexibilidad; nos habla de la capacidad de sobreponernos, de convertirnos en seres “anti frágiles”.

No hay bambú que aguante conflictos geopolíticos, pandemias y enfermedades infecciosas, crisis económicas y financieras, ciberataques y seguridad digital, desigualdad económica y social, desempleo y subempleo, crisis de refugiados y desplazamientos forzados, escasez de agua y crisis hídrica, polarización política y social. Y estas son sólo las 10 problemáticas más riesgosas que menciona el Foro Económico Mundial para los próximos dos años.

Entrenar nuevas habilidades es nuestra responsabilidad y como adultos no podemos quedarnos a la espera y mucho menos victimizarnos. Lo que nos queda es ejercitarnos y esto de la antifragilidad es un concepto interesante.

Taleb explica que ser antifrágil no significa ser invulnerable, todo lo contrario. Se trata de la habilidad de ciertos sistemas, organismos o situaciones para beneficiarse del desorden, la volatilidad o el estrés. Mientras que la fragilidad se define como la susceptibilidad al daño por perturbaciones. La antifragilidad implica crecer y fortalecerse a través de los desafíos.

¿Acaso no estamos todos inmersos ahí? En mi tarea como coach y mentora en lo que refiere al desarrollo personal, profesional y de equipos, me parece interesante mencionar las cuatro claves fundamentales para cultivar la antifragilidad que trae Taleb:

  • Resiliencia vs Antifragilidad: a diferencia de la resiliencia, que implica la capacidad de un sistema para recuperarse de un trauma o perturbación, la antifragilidad implica ganar fuerza y mejorar como resultado de los desafíos. Imaginate que lanzás tu primer producto al mercado y fracasás. En lugar de desanimarte, podés utilizar esta experiencia como una oportunidad de aprendizaje. Analizamos detenidamente lo que salió mal, ajustamos su enfoque y volvemos a intentarlo con una nueva estrategia. Como resultado, no solo superamos el fracaso inicial, sino que nos sobreponemos, observamos el contexto y reiniciamos.
  • Riesgo y exposición: evitar completamente el riesgo no es la mejor estrategia, según el autor. Algunos sistemas necesitan exposición al riesgo para fortalecerse y prosperar. El hecho de cultivar nuestra inteligencia financiera y diversificar inversiones, puede ser un ejemplo. Pensemos en el desarrollo profesional y aquellos que evitan tomar riesgos en sus carreras, como cambiar de trabajo o explorar nuevos campos y se quedan estancados en roles que no los desafían ni les permiten crecer. En el acto de exponernos al riesgo de buscar oportunidades podemos descubrir nuevas habilidades, experiencias y perspectivas. Lo mismo aquellos emprendedores que se aferran a ideas convencionales y se pierden la posibilidad de crear soluciones innovadoras y disruptivas que aborden necesidades no satisfechas en el mercado.
  • Estrategia de riesgos: Taleb propone una estrategia de "todo o nada", donde se evitan los riesgos intermedios y se dividen las inversiones en dos extremos: uno muy seguro y otro altamente especulativo. En una gestión de proyectos, por ejemplo, un gerente de proyectos sigue la estrategia al dividir los recursos y el tiempo del equipo en dos partes: una dedicada a la ejecución de tareas críticas y bien definidas que garanticen el cumplimiento de los objetivos principales del proyecto, y otra reservada para la exploración de ideas innovadoras o soluciones creativas que puedan generar valor adicional pero que también podrían conllevar un mayor riesgo de fracaso.
  • Descentralización: Aboga por la descentralización y la diversificación como medios para fortalecer sistemas y reducir la vulnerabilidad a eventos adversos (uno de mis preferidos porque nos permite construir "opciones"). Me parece super interesante la conformación de equipos de trabajo interdisciplinario. Al incluir miembros con diversas habilidades, experiencias y perspectivas, el equipo puede abordar los desafíos desde diferentes ángulos y encontrar soluciones más innovadoras y resilientes.

Es claro que el desafío es retador pero cada uno de nosotros es el responsable de sostenerse. Como individuos o equipos de trabajo, somos sistemas que necesitan asociarse a este concepto no sólo para sobreponerse sino para formar redes potentes que soporten lo impredecible.

Mentora y entrenadora en marca personal, persuasión y marketing para negocios de servicios (@caroaltamiranofink)

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