10 de enero 2025 - 14:02

Dólar y "carry trade": el mercado se prepara para la baja del "crawling peg"

La inminente baja del "crawling peg" al 1% mensual promete acelerar el "carry trade" y plantea desafíos para la economía real.

La reducción del crawling peg al 1% mensual podría impulsar una renovada ola de operaciones de carry trade. 

La reducción del crawling peg al 1% mensual podría impulsar una renovada ola de operaciones de carry trade. 

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El próximo martes se conocerá el dato de inflación del mes de diciembre, y, según lo adelantado por el presidente Javier Milei, si este indicador resulta menor al 2,5%, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) disminuirá, el mismo día o en los siguientes, el "crawling peg" del actual 2% mensual a un 1% mensual. Esta decisión marca una apuesta decidida hacia la continuidad del proceso de desinflación, aunque no exenta de riesgos y efectos colaterales.

Junto con la reducción de la tasa de devaluación mensual, es probable que el BCRA también ajuste a la baja la tasa de política monetaria. Este movimiento podría repercutir en la tasa que ofrecerá el Tesoro en la primera licitación del año, prevista para el día siguiente. Sería deseable, además, que estas medidas fueran acompañadas por la eliminación o, al menos, una reducción significativa del denominado dólar blend, que ha distorsionado el mercado cambiario y limita la cantidad de reservas que acumula el BCRA.

El dólar continúa siendo una de las principales anclas de la estrategia desinflacionaria del Gobierno. Actualmente, el 2% mensual de incremento del tipo de cambio parece operar como un piso para la baja de la inflación. Sin embargo, los últimos datos de inflación mayorista de productos importados sugieren un comportamiento diferente: en los últimos meses, estos precios han crecido por debajo de dicho porcentaje (noviembre: -1,2%; octubre: -0,4%; septiembre: -1,4%; agosto: 0,2%; julio: 1%). Esto podría indicar que el margen para reducir el "crawling peg" existe, aunque también refuerza la necesidad de actuar con cautela.

Impacto en el "carry trade"

La reducción del "crawling peg" al 1% mensual podría impulsar una renovada ola de operaciones de "carry trade". En las últimas semanas, algunos inversores ya comenzaron a anticiparse para fijar tasas de colocación de pesos a niveles mayores, conscientes de que una baja en la tasa de devaluación podría estrechar las oportunidades futuras.

El "carry trade" consiste en tomar créditos en dólares, liquidarlos en pesos en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), y colocar esos pesos en instrumentos con mayores rendimientos en moneda local. Bajo un escenario donde el costo del crédito en dólares es del 6% anual y el "crawling peg" se ubica en el 1% mensual (equivalente a una tasa anual del 12,7%), estos pesos podrían colocarse en instrumentos que rinden por encima del 30%. Esto genera ganancias virtualmente libres de riesgo para quienes acceden al mercado oficial.

Es importante destacar que los inversores que apuestan por la tasa de interés en pesos enfrentan un riesgo mayor al no tener garantizado el precio al que podrán volver a dolarizarse, ya que operan en el mercado financiero, donde el precio del dólar no está respaldado por el BCRA. A pesar de este riesgo, el atractivo del "carry trade" ha sido considerable: los créditos en dólares crecieron significativamente en 2024, alcanzando un stock superior a los USD 10.000 millones, comparado con menos de u$s4.000 millones al inicio del año.

Consecuencias para la economía real

La principal consecuencia de la reducción del "crawling peg" será una mayor apreciación del peso. La magnitud de este efecto dependerá tanto de la evolución de la inflación como del comportamiento del dólar a nivel internacional. En la economía real, una apreciación del peso podría estimular un aumento de las importaciones, generando una mayor demanda de dólares oficiales. Asimismo, podría impactar negativamente en el empleo y la actividad económica, ya que las industrias locales podrían comenzar a sustituir producción nacional por productos importados.

Aunque el superávit fiscal es una noticia positiva para el país, el tipo de cambio está más vinculado a la productividad de la economía que a los resultados fiscales. Si bien un menor costo de financiamiento puede aliviar ciertos sectores, la apreciación del peso vivida en el último año plantea serias limitaciones para la competitividad exportadora. Además, un atraso cambiario sostenido eleva las expectativas de un salto brusco del tipo de cambio en el futuro.

Desafíos para 2025

La política cambiaria del 2025 se perfila como uno de los mayores desafíos para el gobierno. Incrementar el atraso cambiario no solo tendrá consecuencias sobre la economía real, sino que también aumentará las presiones especulativas por un eventual ajuste cambiario. Aunque el gobierno ha prometido avanzar hacia una libertad cambiaria, un escenario similar al de la salida del cepo en 2015-2016 parece improbable a corto plazo. En cambio, podrían plantearse estrategias graduales para reducir las restricciones cambiarias sin comprometer la estabilidad macroeconómica.

La decisión de reducir el "crawling peg" representa una apuesta audaz que podría consolidar el proceso de desinflación o, por el contrario, generar nuevas tensiones en la economía. Su éxito dependerá de la capacidad del gobierno para gestionar los desequilibrios cambiarios, contener las expectativas inflacionarias y preservar la competitividad de la economía en un contexto global incierto.

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