En el debate sobre la educación, surge una pregunta fundamental: la educación, ¿tiene que preparar a los estudiantes para el futuro o para el presente? Este cuestionamiento, esencial en la propuesta educativa Montessori, invita a reflexionar sobre la finalidad y el enfoque de nuestros sistemas educativos.
¿Educar para el futuro o para el presente?: el enfoque Montessori
La educación ha evolucionado para formar ciudadanos globales que puedan integrarse en el mercado laboral o desarrollar ciertas habilidades específicas.
-
El Colegio Nacional de Buenos Aires batió récord de medallas olímpicas durante 2024
-
El papa Francisco criticó las políticas de ajuste a la educación: "Es criminal"
Históricamente, la educación ha sido diseñada para preparar a los individuos para el futuro. Desde sus orígenes, las escuelas han entrenado a los estudiantes para convertirse en ciudadanos capaces de trabajar en fábricas, seguir horarios, cumplir tareas sin cuestionar, replicar conocimientos e incluso poder votar o quizás cursar estudios.
En etapas más recientes, la educación ha evolucionado para formar ciudadanos globales que puedan integrarse en el mercado laboral o desarrollar ciertas habilidades específicas. Esta tradición ha llevado a la creación de un sistema educativo que es básicamente un medio y que, en muchos casos, hoy se siente desfasado y carente de sentido.
Eduacación: ¿De qué se trata el enfoque Montessori?
El enfoque Montessori, sin embargo, propone una alternativa: observar y responder a las necesidades del estudiante en el presente. En lugar de centrarse directamente en el futuro, se trata de construir un entorno educativo que sea relevante y significativo para el estudiante de hoy, y eso mismo es lo que los configurará vigorosos para su mañana. La observación es una premisa clave de Montessori, y esta observación debe guiar la creación de experiencias didáctico-pedagógicas adaptadas a las necesidades y potencias actuales de los estudiantes.
Mirar al futuro sigue siendo importante, pero no debe eclipsar el presente. Los desafíos del futuro son inciertos debido a factores como la inteligencia artificial, los conflictos bélicos y los problemas climáticos. Sin embargo, lo que sí sabemos es que seguiremos siendo humanos. Por lo tanto, la educación debe centrarse en formar personas autosuficientes, capaces de conocerse y gestionarse a sí mismas, de identificar sus deseos, plantearse metas y diseñar planes para alcanzarlas. Este enfoque no se trata de convertir a los estudiantes en robots eficientes, sino en individuos potentes, sensibles y conscientes de sí mismos.
La preparación del ambiente educativo es fundamental en el método Montessori. Aquí, el rol del adulto no es dictar clases magistrales, sino crear un entorno que ofrezca oportunidades de aprendizaje, autonomía, reflexión y conclusiones. El docente se convierte en un facilitador que prepara un ambiente en lugar de una lección de clase, creando un espacio de trabajo donde los estudiantes puedan desafiarse, aprender entre pares, autogestionarse y desarrollar autodisciplina en un entorno seguro y amigable.
La preparación del ambiente implica diseñar guías de trabajo con metas específicas, métodos para alcanzarlas y espacios que permitan diferentes ritmos y estilos de aprendizaje. En un ambiente Montessori, no hay un único centro de atención, sino múltiples espacios de trabajo donde los estudiantes pueden investigar, colaborar con otros y presentar sus aprendizajes. Este enfoque permite una variedad de prácticas de evaluación, desde pruebas tradicionales hasta presentaciones, desafíos grupales y proyectos personales creativos.
En conclusión, la perspectiva Montessori propone un tipo de educación que se enfoca en el presente, construyendo un sistema que vitalice y acompañe a los estudiantes en su camino de autoconstrucción. Al entenderse, planificarse y autogestionarse, los estudiantes pueden desplegar todo su potencial, no solo para cumplir con las expectativas externas de un futuro que aún no es propio, sino para alcanzar lo que ellos mismos esperan de sí durante el camino.
La educación, entonces, se vuelve una herramienta para el desarrollo humano integral, preparando a los estudiantes para ser individuos autónomos y conscientes, capaces de enfrentar los desafíos del presente y del futuro.
Profesora de filosofía, especialista en educación y directora de nivel secundario en Noordwijk Montessori School.
- Temas
- educación
Dejá tu comentario