28 de noviembre 2024 - 12:40

El peso oculto de las Lecaps: cómo los intereses capitalizados impactan en las cuentas públicas

Aunque el resultado financiero del Tesoro muestra un superávit, la capitalización de intereses de las Lecaps suma una presión creciente sobre el stock de deuda pública. Analizar estos datos es clave para comprender la verdadera sostenibilidad fiscal y las necesidades futuras de financiamiento del Estado.

La capitalización de intereses de las Lecaps no debe pasar desapercibido, por su impacto en los resultados fiscales y en la deuda pública.

La capitalización de intereses de las Lecaps no debe pasar desapercibido, por su impacto en los resultados fiscales y en la deuda pública.

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En el ámbito financiero, donde cada dato puede tener implicaciones de largo alcance, la transparencia y el análisis profundo son cruciales para evaluar la sostenibilidad de la política fiscal de un país. En este contexto, la capitalización de intereses de las Lecaps (Letras Capitalizables del Tesoro) constituye un elemento que no debe pasar desapercibido, tanto por su magnitud como por su impacto en los resultados fiscales y en la evolución del stock de deuda pública.

En octubre, la capitalización de intereses de las Lecaps alcanzó los $2.631.862 millones, según el informe de Operaciones de Deuda Pública elaborado por la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC). Esta cifra lleva el acumulado de intereses capitalizados entre abril y octubre de 2024 a $9.457.906 millones.

Para dimensionar la relevancia de este dato, los $2.631.862 millones mensuales equivalen aproximadamente a u$s 2.657 millones, un monto considerable para el balance financiero de cualquier economía emergente.

Un debate sobre la registración fiscal

La discusión en torno a cómo se registran estos intereses tiene profundas implicancias para el análisis fiscal. Actualmente, el resultado financiero presentado por el Tesoro se elabora bajo un criterio de base caja, lo que implica que los intereses capitalizados no se reflejan en los números oficiales del superávit o déficit financiero mensual. De esta manera, el resultado financiero acumulado del año muestra un superávit de $2.964.930 millones. Sin embargo, al incorporar el impacto de los intereses capitalizados, este superávit se transformaría en un déficit de $6.492.976 millones.

Esta práctica contable no constituye una irregularidad ni un intento de ocultamiento; sin embargo, sí plantea interrogantes sobre cómo evaluar correctamente la sostenibilidad fiscal del país. Los inversores y analistas deben considerar este factor al examinar las finanzas públicas, ya que el criterio de base caja podría presentar una imagen incompleta de las necesidades de financiamiento del gobierno.

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Impacto en el stock de deuda

La capitalización de intereses no desaparece; simplemente cambia su ubicación contable, pasando a engrosar el stock de deuda pública. En un contexto donde el Tesoro afirma no incrementar el endeudamiento mediante nuevas emisiones netas, el crecimiento del stock puede explicarse parcialmente por la indexación de instrumentos atados a la inflación y al tipo de cambio. Sin embargo, una proporción creciente proviene de la capitalización de intereses de instrumentos como las Lecaps.

Este fenómeno tiene implicancias de largo plazo. Si en algún momento el Tesoro decidiera—ya sea por decisión propia o por presión del mercado—limitar el crecimiento del stock de deuda, las exigencias reales para afrontar los intereses devengados serían significativamente mayores a las que actualmente reflejan los números fiscales. Esto tendría un impacto directo en las necesidades de generación de un superávit primario más elevado para garantizar la sostenibilidad de la deuda.

Consideraciones finales

El gobierno, al presentar su resultado financiero, no incurre en una falta de transparencia ni en una distorsión deliberada. Sin embargo, la omisión de los intereses capitalizados en el cálculo del superávit financiero deja fuera una porción relevante del costo real del endeudamiento. Esto no invalida los logros fiscales en términos del resultado primario, pero sí debe ser tomado en cuenta por los analistas e inversores que evalúan la salud fiscal del país.

La creciente magnitud de los intereses capitalizados y su impacto en el stock de deuda deben ser parte del análisis integral de las finanzas públicas. Ignorar estos elementos podría llevar a subestimar las verdaderas necesidades de financiamiento del Estado, especialmente en un escenario donde el mercado exija reducir la exposición de deuda o enfrentar mayores costos de refinanciamiento.

En definitiva, la sostenibilidad de la deuda y la credibilidad fiscal dependen no solo de los resultados presentados oficialmente, sino también de la capacidad de los inversores y analistas de incorporar una visión completa que contemple todas las variables en juego. La capitalización de intereses, hoy, es una de esas variables que no puede seguir pasando inadvertida.

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