Elecciones en EEUU: claves para entender su impacto en la economía mundial y Argentina

Tanto el FMI como la OMC no anticipan grandes cambios en el panorama económico para el próximo año. Pero las elecciones en EEUU serán determinantes.

Los discursos de ambos candidatos indican que la competencia entre Estados Unidos y China por el liderazgo mundial seguirá siendo un tema central.
Los discursos de ambos candidatos indican que la competencia entre Estados Unidos y China por el liderazgo mundial seguirá siendo un tema central.
NYSE

A pesar de las tensiones geopolíticas experimentadas durante el último año, la economía y el comercio mundial han mostrado signos positivos. Según las últimas proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), se espera que la economía global crezca en promedio un 3,2% en 2024. Sin embargo, las tasas de crecimiento varían significativamente según la región. Por ejemplo, el sudeste asiático tiene una proyección del 5,2%, mientras que Estados Unidos crecerá alrededor del 2,6%. En contraste, América Latina alcanzará solo un 1,9%, la Zona Euro un 0,9% y Argentina experimentará una caída del PBI del 3,6%.

En cuanto al comercio mundial, la Organización Mundial del Comercio (OMC) proyectó un aumento del 2,7% en el comercio de bienes para este año, ligeramente superior al 2,6% previsto en abril. Para el próximo año, se estima un crecimiento del 3%, aunque esta cifra es inferior al 3,3% anteriormente proyectado.

Tanto el FMI como la OMC no anticipan grandes cambios en el panorama económico para el próximo año. Sin embargo, el 5 de noviembre se llevarán a cabo elecciones presidenciales en Estados Unidos, y empresas, gobiernos y organismos internacionales se preguntan qué cambios podrían esperarse de una victoria del republicano Donald Trump o de la demócrata Kamala Harris.

Los discursos de ambos candidatos indican que la competencia entre Estados Unidos y China por el liderazgo mundial seguirá siendo un tema central. En el ámbito de la producción, tanto Trump como Harris buscan profundizar sus políticas de alta tecnología industrial a nivel global. Ambos están comprometidos con la protección de sus empresas frente a la "amenaza oriental", aunque sus enfoques difieren: Harris podría optar por una colaboración más plurilateral con aliados europeos, japoneses y coreanos, mientras que Trump se inclina hacia una estrategia más unilateral.

Dentro de EE. UU., existe un consenso sobre la amenaza que representa el liderazgo de China en productos de alta tecnología, tanto militares como civiles. Este sentimiento también se comparte en Europa, lo que sugiere que las restricciones comerciales a productos tecnológicos chinos no solo continuarán, sino que podrían intensificarse. Tanto Harris como Trump están convencidos de que es necesario un activismo en el control de exportaciones de componentes críticos y en la regulación del comercio exterior, especialmente con China.

Además, se debe considerar el posible fortalecimiento de políticas medioambientales que vinculen el comercio con el cumplimiento de estándares ecológicos, afectando no solo a China, sino también a muchas economías en desarrollo.

Por último, en Estados Unidos y Europa no se vislumbran escenarios de liberalización comercial ni un regreso a los mega acuerdos comerciales. Es probable que no haya un interés generalizado en revivir tales propuestas.

En resumen, la economía mundial y el comercio han continuado expandiéndose en los últimos años a pesar de las tensiones geopolíticas y la desglobalización. Según las proyecciones de organismos internacionales, esta tendencia podría mantenerse, al menos en el corto plazo.

Perspectivas para Argentina

Actualmente, Argentina enfrenta limitaciones significativas para influir en cuestiones económicas y comerciales, tanto a nivel global como regional. La economía es inestable; su PBI se ha desplomado en los últimos años, y el país se caracteriza por ser uno de los más protegidos de la región, con altos impuestos a las exportaciones, una economía concentrada en productos primarios, controles cambiarios y una inflación récord.

Mientras la economía y el comercio mundial han seguido creciendo desde la pandemia de COVID-19, el PBI argentino ya se contrajo un 5%. Aunque el gobierno actual ha implementado algunas medidas para desburocratizar el comercio, las barreras más importantes siguen vigentes.

Este año, Argentina ha recuperado el valor de sus exportaciones previas a la sequía de 2023, logrando un saldo comercial récord gracias a un aumento en la afluencia de dólares por exportaciones y una reducción en las importaciones. Sin embargo, la estabilidad de Argentina no depende únicamente de la evolución de la economía global; la situación es más compleja.

Un enfoque positivo para la política productiva y comercial de Argentina sería reconocer que el horizonte de liberalización comercial a nivel mundial se ha oscurecido. La desglobalización es una realidad, y una victoria, ya sea demócrata o republicana, en las próximas elecciones estadounidenses, podría no cambiar significativamente la posición internacional del país.

Candidato a Doctor en Relaciones Internacionales del IRI – UNLP y Profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la UNDAV. @FeVaccarezza

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