Es lunes, suena el reloj por tercera vez en la mañana y ya no podés postergarlo. Decidís levantarte, hacés un café negro para cargar tus energías y te lavás la cara con agua helada. Pasa el tiempo, pero seguís cansado. Tus jefes y tus compañeros de trabajo se preocupan porque empezaste a faltar a las reuniones y aplazaste varias de tus tareas a último momento. Arrancó el año y todavía cargás con el agotamiento del anterior.
En la era del burnout, la clave para combatirlo está en ambiente laboral que creamos
Pensar en el Burnout como una problemática que aparece en el interior del trabajo y no de manera individual -por más que cada persona está influenciada por distintos factores a lo largo de su biografía- es el primer paso para mejorar las comunidades.
![clima, ánimo y salud deberían ser los indicadores específicos a la hora de diseñar estrategias para combatir esta epidemia.](https://media.ambito.com/p/d96a3db0c0767bf30aabdc00dc7d0f39/adjuntos/239/imagenes/042/019/0042019242/burnout.jpg)
clima, ánimo y salud deberían ser los indicadores específicos a la hora de diseñar estrategias para combatir esta epidemia.
Probablemente ya conocés el término de Burnout, tal vez lo atravesaste o viste a un ser querido bajo sus efectos. En todo caso, siempre vale la pena aclarar la definición que le otorga la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “epidemia silenciosa” y “síndrome que aparece cuando no se ha gestionado con éxito el estrés crónico en el ámbito laboral”. Entre sus síntomas se destacan el agotamiento mental y físico y una mayor distancia mental con respecto al trabajo, que puede traducirse en sentimientos de negativismo o cinismo. Por fuera, esto se ve como una baja de la eficacia profesional.
Ahora bien, hasta aquí ninguno de estos datos es novedoso. Desde la pandemia, cuando la línea entre la vida personal y la laboral se diluyó al convertir nuestras casas en oficinas, el término se popularizó. Se volvió una charla común entre colegas, un motivo preocupante en consultas con los profesionales de la salud y además sus efectos son explorados en la cultura popular a través de películas y libros de ficción.
Por su parte, Argentina -donde la incertidumbre es constante al igual que las noticias de último momento- se está catapultando como uno de los países regionales en tener más enfermos de Burnout. Es notable, entre los trabajadores locales, un aumento en su irritabilidad, preocupación y estrés, reflejado en la creciente necesidad de apoyo emocional y psicológico, tanto dentro del ámbito laboral como por fuera.
Un problema que nace en el trabajo, puede empezar a ser solucionado en el trabajo. En ese sentido, las palabras claves aquí son cultura organizacional fuerte y valores humanistas. No hay que olvidar que las corporaciones se sostienen de los lazos que estrechan los trabajadores entre sí y con sus autoridades, por eso son sanas todas las actividades que puedan conectarlos más allá de la rutina diaria. El diálogo y la confianza deberían ser objetivos ambicionados por los equipos laborales.
Los rituales de equipo, tanto virtuales como presenciales, permiten mantenernos conectados y compartir algo más que el trabajo y la rutina. Los encuentros presenciales son instancias particularmente valiosas de contacto personal. Mientras que las experiencias que fomentan encuentros desestructurados refuerzan el sentido de pertenencia, más allá de las actividades laborales.
Cada oportunidad refleja una capacidad tan humana como lo es la escucha activa del otro, para poder empatizar con sus necesidades y preocupaciones. Si bien como organización tenemos nuestras políticas y lineamientos, nunca hay que perder de vista que trabajamos con individuos y lo que eso conlleva: sus historias y sus problemas propios.
Por otro lado, también hay que detenernos a pensar en los jóvenes que recién dan sus primeros pasos en el mundo laboral. Puede ser que sean más cambiantes que sus pares de generaciones anteriores, lo que podría llevar a problemas vinculados al compromiso con la empresa. El escenario es común particularmente en los trabajos IT, que reciben postulantes de cualquier región.
Es necesario fomentar liderazgos flexibles, abiertos a mejorar el ambiente de trabajo para hacerlo más saludable e integrador. Es una situación donde ganan todos: los colaboradores van a estar más agradecidos y motivados.
Destrabar una cultura donde se premia estar exhausto es una tarea compleja que comienza en el mismo lugar donde se originó. Pensar en el Burnout como una problemática que aparece en el interior del trabajo y no de manera individual -por más que cada persona está influenciada por distintos factores a lo largo de su biografía- es el primer paso para mejorar las comunidades. Por eso, clima, ánimo y salud deberían ser los indicadores específicos a la hora de diseñar estrategias para combatir esta epidemia.
El despertador de la mañana siempre va a ser molesto. Intentemos, en la mayor medida posible, que no sea el espacio donde pasamos casi el día entero.
E specialista en RRHH, gestión del talento y desarrollo organizacional de Flux IT.
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