6 de octubre 2024 - 00:00

Enamorarse del problema y saber cambiar a tiempo: la clave para triunfar en el mundo startup

Los emprendedores muchas veces lanzan un producto que nadie quiere, porque justamente están obstinados con su idea. ¿Qué deben hacer?

La Inteligencia Artificial está desplazando a las fintech como objetivo de inversión en el ecosistema de startups. 

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Al momento de crear una startup, muchos emprendedores tienden a “enamorarse” de la primera solución que ellos planearon implementar, en lugar de antes analizar y entender el problema que quieren solucionar.

Este concepto significa que el emprendimiento debe adaptarse a la forma en que las personas quieran resolver el problema en cuestión, y no tratar de imponer de manera forzada una determinada premisa.

Cuando uno está enfocado en el problema, tiene muchas más probabidades de triunfar, porque está abierto a descubrir la mejor forma de solucionar la demanda de los usuarios. En cambio, cuando uno está enfocado en una única solución (una idea maravlosa que tuvimos), sólo puede tener éxito si su idea es perfecta, algo que por lo general no suele suceder.

Entonces, la gente enamorada de la solución, sin la capacidad de tener una mirada flexible, suele fracasar en un 90% de los casos.

En la cabeza del otro

De hecho, los emprendedores muchas veces lanzan un producto que nadie quiere, porque justamente están obstinados con su idea. De ese modo, terminan ofreciendo lo que ellos tienen en la cabeza y no lo demandado por el mercado. Ese es el principal motivo por el cual fracasan.

La segunda razón que está muy ligada al naufragio de los proyectos es que las startups se quedan sin recursos antes de encontrar el producto que la gente quiere. Esto se debe a que invirtieron todos sus recursos en una prueba. O como suele decirse, pusieron “todos los huevos en una misma canasta”, en un producto que habían ideado inicialmente pero luego no obtuvo el resultado buscado.

Cuando se dan cuenta de todos los errores que cometieron, ya es demasiado tarde porque no tienen más capital, ni energías, para una segunda oportunidad.

Debe comprenderse que dar de baja una idea, no significa que se deseche el objetivo principal. Simplemente, se trata de cambiar para encontrar una solución más adecuada dentro de ese planeamiento inicial. O bien, a veces puede aplicarse esa solución en otro mercado. Es decir, no es necesario modificar la idea, sino los destinatarios.

Mirar hacia dentro

Por otro lado, para “enamorarse” del problema, un empresario tiene que tratar de resolver inconvenientes que lo interpelen de manera genuina.

Por ejemplo, si no le gusta el pádel, no debería ponerse a fabricar pelotas o indumentaria para ese deporte. Porque no tendría la motivación necesaria como para superar todos los desafíos que va a tener en el camino.

Entonces, el primer paso es identificar industrias, nichos o sectores que realmente le despierten un cierto interés y donde haya una necesidad a atender.

En definitiva, se trata de dejar el ego a un costado para entender lo que realmente demandan los clientes y la forma con la cual hoy resuelven sus problemas. De esa forma, se puede entender qué oportunidades existen de poder crear algo superador a lo existente.

La mejor solución es la que desean la mayoría de las personas, y no la que el emprendedor imaginó de antemano.

Cofundador de Novolabs, escuela de startups.

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