¿Cuál es la discusión a la que nos lleva el presidente Javier Milei? Según sus palabras, su mamá no merecía una jubilación igual a la de su papá porque ella “no había trabajado nunca”. ¿Millones de argentinas pagarán con miseria las decisiones de un presidente que no reconoce ni valora el trabajo de su propia madre?
Fin de la moratoria: un capítulo más del Presidente que odia a las mujeres
Este domingo se cierra la medida que ha permitido a muchas personas acceder a la jubilación sin haber alcanzado los 30 años de aportes requeridos.
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Según lo anunciado por el Gobierno, no habrá prórroga de la moratoria previsional.
La moratoria para jubilarse termina este 23 de marzo y el gobierno nacional ya anunció que no la renovará. En Argentina, solo 1 de cada 10 mujeres cumple los requisitos para jubilarse en tiempo y forma. Es decir, 9 de cada 10 alcanza la edad de jubilarse sin haber podido cumplir los años de aporte establecidos por la ley. Con el vencimiento de la moratoria ya no van a poder jubilarse a partir de los 60 años y recién desde los 65 podrían cobrar la Pensión Universal para el Adulto Mayor que es un 80% de la jubilación mínima (y no incluye bono). Entre los 60 y los 65 años quedarán sin ningún tipo de ingreso. Aquí la cuestión que Milei y sus adeptos no quieren contestar es, a partir de ahora, ¿cómo van a vivir?
Hoy, el sistema previsional argentino está compuesto por 7,2 millones de jubilaciones y pensiones. De ese total, el 59,5% (4,3 millones) fue obtenida a través de una moratoria. Hay un dato que se destaca: del total de personas que acceden a la jubilación vía moratoria, casi el 80% son mujeres (INDEC, 2024). ¿Por qué? Entre otras razones, porque gran parte del tiempo y energía a lo largo de la vida de las mujeres está dedicado al trabajo de cuidado no remunerado, tareas que, cualquiera sabe, ocupan los siete días de la semana y las 24 horas del día. ¿No tienen derecho esas mujeres a tener una jubilación mínima? ¿Qué clase de sociedad es la que no reconoce ese derecho a quienes se ocupan del bienestar de las personas, a la continuidad y cuidado de la vida?
Por eso decimos, una vez más, que Milei insiste, busca y espera despojar a la población —y en especial a las mujeres— de sus derechos fundamentales.
La Ley Nº 27.705 “Plan de pago de deuda previsional”, sancionada en febrero de 2023, permitió que durante los últimos 24 meses más de 300 mil personas que no reunían la totalidad de los aportes al momento de alcanzar la edad para jubilarse (60 o 65 años, según sean mujeres o varones) pudieran acceder a sus derechos previsionales a través de un plan de pagos mensual, que funciona descontando la deuda por los aportes faltantes de los haberes que comienzan a percibirse.
Las moratorias previsionales garantizan derechos y condiciones de subsistencia digna en la vejez. Pero, además, tienen un impacto específico en la vida de las mujeres por las profundas desigualdades que todavía siguen existiendo a lo largo de toda su trayectoria laboral: a nivel nacional, la tasa de empleo es menor (46,8% para mujeres y 66,1% para varones) y la desocupación es mayor (7,5% mujeres y 5,5% varones). Además, 4 de cada 10 mujeres asalariadas tiene un empleo informal y casi 1 de cada 4 se desempeña en actividades vinculadas al cuidado como la salud y la educación. Todo esto impacta en la brecha salarial de género que, actualmente, es del 27,4% en promedio.
En medio del ajuste feroz que está implementando este gobierno y la brutal crisis económica que provoca que cada día se pierdan miles de puestos de trabajo, ¿las mujeres van a depender de sus hijas e hijos (si tienen) cuando es probable que ellos mismos no puedan mantener ni sus propias casas? ¿Las quieren dejar morir? Lo que se advierte con claridad es que hablamos de un acto de profunda crueldad e indiferencia.
El fin de la moratoria es la invitación a una vejez en la indigencia. Frente a la resistencia ya demostraron su respuesta: gases y palos sin la menor contemplación. Nuestra respuesta es una contundente defensa del sistema jubilatorio de reparto, basado en la solidaridad intergeneracional. Hoy, más que nunca, decimos: el cuidado de nuestras viejas y viejos es nuestra primera responsabilidad.
Ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires
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