Inteligencia Artificial: ¿me quedo sin trabajo o se abren nuevas posibilidades?

Temor, incertidumbre, nuevos desafíos son algunas de las sensaciones que hoy se viven en el mercado laboral en torno al futuro. A medida que la tecnología avanza, aparecen nuevas oportunidades que hoy se ven como amenazas.

Los primeros pasos no los damos solos, bueno la Inteligencia Artificial tampoco lo hace, por eso necesita de esa inteligencia protectora que le indica nuevos caminos.

Los primeros pasos no los damos solos, bueno la Inteligencia Artificial tampoco lo hace, por eso necesita de esa inteligencia protectora que le indica nuevos caminos.

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Hasta principios de los 90 era normal ingresar a una oficina y escuchar el sonido tac tac constante y rítmico de las máquinas de escribir. Hasta que el carro llegaba al final y una campanilla avisaba a la persona que debía volver al inicio del papel para continuar con la siguiente línea. En todos, o casi todos, los escritorios había una máquina de escribir. Esto fue así hasta que la computadora de escritorio se masificó, el sonido se apagó y la luz de los monitores desveló los ojos de los trabajadores que ahora ya no usaban esos artefactos que fueron directo a un depósito.

Este es el debate que hoy está presente, la Inteligencia Artificial viene a destruir los puestos de trabajo. Uno puede pensar que al no haber máquinas de escribir y acelerar los tiempos en los que se produce un documento, todas esas personas no volvieron a conseguir empleo. Por el contrario, la PC generó una serie de puestos que antes eran inimaginables. Mesa de ayuda, gerencia de sistemas, infraestructura, telefonía y conexión, surgieron para satisfacer la necesidad de la nueva forma que tomaba el desarrollo cotidiano de las tareas.

Es por esto que prefiero pensar a la irrupción de nuevas tecnologías como el desafío que tenemos para aprender nuevas habilidades y estar preparados para saber sacar el mejor provecho en su uso. Claro, estamos en medio de la revolución y todavía no podemos magnificar hasta dónde vamos a estar alcanzados por los cambios. Pero, de nuevo, en los 90 ni se nos ocurría que íbamos a poder tener en el bolsillo un Smartphone que tiene mucha más velocidad de procesamiento, conectividad y funcionalidad que esas PC que usábamos con el Windows 95, que por cierto fue toda una revolución en su momento.

Si el panorama se presenta como sombrío, tenemos una ventaja al compararnos con épocas pasadas. La Inteligencia Artificial ya se utilizaba en muchos procesos. Incluso empresas como Meta (Facebook, Instagram y WhatsApp) o Google ya corrían procesos basados en IA. La diferencia es que el usuario no intervenía, hoy la IA está en el frente y las personas la utilizan de forma transparente.

Por caso, las redes sociales nos mostraron la necesidad de contar con un especialista que pueda decodificar y traducir las marcas, preferencias, gustos de los usuarios y que se conviertan en datos para la toma de decisiones. Así, hoy los especialistas en Big Data toman protagonismo y aportan valor a las compañías. Este es un perfil que cada vez será más requerido por las empresas dado que no solamente ayuda a la efectividad de una campaña y la toma de decisiones, sino que también colabora en una distribución y uso inteligente del presupuesto.

Pero también existe todo un debate en torno al uso ético de la IA, algo muy relevante en sectores como la medicina. Esto hoy no existe, pero claramente en un futuro se necesitará no solamente de un abogado, sino de equipos multidisciplinarios que tengan conocimiento del corpus legislativo y del uso de algoritmos.

Otro ejemplo es el de instructor de IA. Sí, ella también necesita que la eduquen. Esto surge a partir de los procesos de machine learning, que como las palabras indican es que una máquina “aprenda”. Pero estos procesos pueden ser autónomos o bien supervisados. Claramente los primeros pasos no los damos solos, bueno la Inteligencia Artificial tampoco lo hace, por eso necesita de esa inteligencia protectora que le indica nuevos caminos, le enseña nuevas palabras y la va acompañando en su desarrollo, casi como un padre o madre.

También se avizoran cambios en los puestos actuales. Hoy hablamos de seguridad informática, experiencia de usuario, entre otros. Pues bien, también para el escenario futuro serán necesarios perfiles que puedan comprender estos temas, pero atravesados por la Inteligencia Artificial.

Es por esto que el debate no debería ser sobre si la IA representa una amenaza o una oportunidad, sino que el foco debe estar puesto en cómo nos preparamos para aportar valor y continuar desarrollándonos en un entorno que será desafiante y vendrá cargado de nuevos desafíos. Que, por cierto, no tienen una fecha de finalización, sino son la antesala de otros que estarán por venir.

Fundadora de THE B. DNA.

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