23 de diciembre 2024 - 13:23

La Ciudad que no miramos

Es crucial que los porteños redescubran estos rincones y se permitan mirar la ciudad con ojos curiosos, como lo hacen los visitantes que se maravillan ante cada detalle. 

Es crucial que los porteños redescubran estos rincones y se permitan mirar la ciudad con ojos curiosos, como lo hacen los visitantes que se maravillan ante cada detalle. 

Il Porfesional

Buenos Aires, con su ritmo incansable, alberga un sinfín de historias que muchas veces pasan desapercibidas para quienes la transitan a diario. En cada esquina de esta metrópoli late una memoria secreta que invita a ser descubierta, especialmente por aquellos visitantes que se aventuran a mirar más allá de los clásicos circuitos turísticos. Sin embargo, son pocos los porteños que se detienen a explorar esta ciudad oculta, cargada de enigmas políticos, relatos de duelos y venganzas, y ecos de sociedades secretas que han marcado nuestra historia.

Un ejemplo de ello es la Plaza Dorrego, en el corazón de San Telmo. Aunque conocida por su mercado de antigüedades y sus espectáculos de tango, pocos recuerdan que este lugar fue testigo de duelos legendarios en el siglo XIX, cuando las disputas de honor se resolvían con espadas o pistolas. La historia de Eduardo Costa y Lucio V. Mansilla, quienes se enfrentaron aquí en un duelo que casi les cuesta la vida, sigue siendo una anécdota relegada al olvido, a pesar de su impacto en la política y la sociedad de su época.

Otro punto intrigante es el Pasaje Roverano, en plena Avenida de Mayo. Este edificio, que conectaría con el subsuelo de la Casa Rosada a través de túneles ahora clausurados, fue escenario de reuniones clandestinas y conspiraciones en tiempos convulsos de nuestra política. Imaginar a figuras históricas moviéndose sigilosamente por estos pasadizos nos recuerda que la historia de Buenos Aires no solo se escribe en la superficie, sino también bajo tierra, donde se tramaron planes que cambiarían el destino del país.

En el Barrio de Belgrano, la Iglesia de la Inmaculada Concepción, conocida como "La Redonda", guarda también sus misterios. Si bien es un ícono arquitectónico, pocos saben que en sus alrededores se han tejido leyendas vinculadas a sociedades secretas y rituales masónicos. La historia sugiere que personajes influyentes utilizaban este espacio para encuentros discretos, reforzando la fascinación por un pasado que combina lo religioso con lo esotérico.

Por su parte, el Cementerio de la Chacarita, más allá de ser un lugar de descanso final, encierra historias que hablan de venganzas post mortem y misteriosas desapariciones. La tumba de Natalio Botana, fundador del diario Crítica, está rodeada de rumores sobre las circunstancias de su muerte y las posibles intrigas vinculadas a su actividad periodística. Este lugar, donde la historia y la tragedia se entrelazan, es un recordatorio de que Buenos Aires guarda secretos incluso en su última morada.

Finalmente, no podemos dejar de mencionar el Palacio Barolo, cuya construcción fue inspirada en la Divina Comedia de Dante Alighieri. Aunque los porteños conocen su arquitectura majestuosa, pocos se detienen a reflexionar sobre el simbolismo que encierra. Este edificio fue concebido como un refugio para preservar las cenizas de Dante, pero también se ha asociado con sociedades secretas y mensajes cifrados en su diseño. Es un emblema de cómo la ciudad combina arte, misterio e historia en un solo lugar.

Es crucial que los porteños redescubran estos rincones y se permitan mirar la ciudad con ojos curiosos, como lo hacen los visitantes que se maravillan ante cada detalle. La protección histórica de los sitios, su preservación y el valor del relato de los hechos que se referencia en ellos debe ser protegido por la legislación. Buenos Aires no solo es su presente vibrante; también es un pasado lleno de intrigas que merece ser contado y valorado. La próxima vez que caminemos por sus calles, recordemos que debajo del ruido cotidiano late una ciudad que espera ser redescubierta, una ciudad que no miramos pero que está allí, invitándonos a conectar con su lado más enigmático.

Jorge Giorno es contador público, especialista en finanzas públicas, fue Diputado en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires en dos oportunidades, fue presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), actualmente preside el Partido de las Ciudades en Acción.

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