Mientras el ecosistema de la criptomoneda $LIBRA continúa su expansión a nivel internacional, la jueza Arroyo Salgado se pronunció al respecto, señalando que el tuit del presidente Milei otorgó credibilidad a dicho activo digital. En el ámbito económico, el dólar blue registró un incremento en su cotización el pasado jueves, mientras que los ADRs y los bonos sufrieron una fuerte caída, y el riesgo país se elevó en un 5%, en un contexto de mercados internacionales adversos.
Mercados en alarma: del dólar y el ajuste, a los jubilados y el desconcierto social
Este artículo analiza la coyuntura económica y política de Argentina en forma abreviada. Se examinan las principales medidas de política económica implementadas por el gobierno, la evolución del tipo de cambio real, el déficit de la cuenta corriente, el estado de las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) y la situación de la deuda pública. Asimismo, se contextualiza la reacción del entorno político y mediático ante los acontecimientos recientes.
-
Dólar futuro: con alta demanda de los inversores, las cotizaciones siguen en alza
-
Más dólares de Washington: qué dice el DNU de Javier Milei que habilitaría un salvataje extra a las reservas

El gobierno de Javier Milei ha construido un delicado equilibrio basado en la contención financiera plagada de regulaciones e intervenciones, la sobrevaloración del peso y el control artificial de la inflación, pero la grieta se agranda.
En el plano productivo, el uso de la capacidad instalada en Argentina alcanzó apenas el 55%. En el ámbito político y social, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, declaró que no se investigará al policía que disparó una granada contra Pablo Grillo, mientras que la CGT anunció un paro general de 24 horas, previsto para antes del 10 de abril. Finalmente, continua la angustia que provocó el temporal registrado el viernes pasado en la ciudad de Bahía Blanca.
Las calles de Buenos Aires ardieron en una protesta de jubilados que dejó varios heridos graves, un evento que marca un quiebre en la tensa calma que intentaba sostener el gobierno con su estrategia de ancla cambiaria. Mientras la policía reprimía con brutalidad a los manifestantes que exigían el pago de haberes dignos, los mercados financieros palpitan ante una verdad innegable: el modelo de estabilidad impuesto desde la Casa Rosada se está quedando sin oxígeno.
Con reservas en rojo, inflación aún elevada y un mercado laboral en pleno ajuste, la presión social comienza a alcanzar niveles peligrosos. El gobierno de Javier Milei ha construido un delicado equilibrio basado en la contención financiera plagada de regulaciones e intervenciones, la sobrevaloración del peso y el control artificial de la inflación, pero la grieta se agranda. El episodio de violencia contra jubilados es solo la chispa inicial de un incendio que amenaza con consumir la última cuota de confianza en el modelo.
En este artículo, analizamos cómo la estabilidad artificial del gobierno podría desembocar en un colapso similar al de 2001 o a la crisis cambiaria descontrolada que vivió Argentina en 2018, cuando Sturzenegger, Caputo y Macri intentaron frenar lo inevitable corriendo por ayuda al FMI y tomando medidas desesperadas. ¿Estamos a días, semanas o meses de un desenlace adverso? ¿Puede evitarse el naufragio o la suerte ya está echada?
Política económica y estabilización
El gobierno ha reducido la tasa de devaluación mensual del 2% al 1% con el objetivo de quebrar la inercia inflacionaria y sostener la estabilidad del tipo de cambio nominal. Complementariamente, se ha intervenido en las negociaciones salariales para limitar los aumentos a un rango del 0,5% al 1% mensual y se ha ralentizado el ajuste tarifario en los servicios públicos. A su vez, la reducción de aranceles y la apreciación del peso han contribuido a abaratar las importaciones, lo que ejerce una presión a la baja sobre la inflación.
No obstante, la estabilidad cambiaria ha sido sostenida mediante una elevada intervención del Estado en los mercados financieros, incluyendo la mantención del cepo cambiario, la aplicación del esquema “Blend” y la regulación del mercado de pesos y deuda local. Esta estrategia inhibe los ajustes espontáneos de los mercados y genera inconsistencias macroeconómicas, particularmente en los ámbitos monetario y cambiario.
Impacto sobre la balanza de pagos y reservas internacionales
El déficit de la cuenta corriente se ha visto agravado por la apreciación del tipo de cambio real (TCR) y la política de apertura comercial, lo que ha incrementado la demanda de bienes importados. En enero de 2025, el déficit de cuenta corriente ascendió a U$S 1.656 millones, impulsado por un boom del gasto en turismo. Las reservas internacionales netas del BCRA continúan en terreno negativo, ubicándose en (-U$S 4.399 millones), y considerando los vencimientos de deuda, esta cifra podría alcanzar (-U$S 7.480 millones.)
El impacto del blanqueo de capitales, que desde junio de 2024 había aportado U$S 11.600 millones a las reservas brutas y U$S 4.100 millones a las reservas netas, se encuentra en fase de agotamiento. Sin acceso al financiamiento externo, el BCRA sigue interviniendo en el mercado de cambios para evitar una ampliación de la brecha cambiaria.
Dinámica de la deuda pública
El superávit fiscal registrado en enero de 2025 ha permitido mantener la sostenibilidad de la deuda en el corto plazo. Sin embargo, la deuda del Tesoro en pesos sigue aumentando a tasas superiores a la inflación, dependiendo de una demanda de instrumentos financieros atada a la continuidad del cepo cambiario. Adicionalmente, la capitalización de intereses ha quintuplicado el superávit fiscal, lo que plantea dudas sobre la sostenibilidad de la estrategia de financiamiento actual, teniendo en cuenta que está ofreciendo tasas más altas para que se produzcan las renovaciones.
El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) aparece como un factor clave para evitar una crisis financiera antes de las elecciones de octubre de 2025. Se prevé un desembolso de U$S 17.000 a 20.000 millones, lo que permitiría recomprar Letras Intransferibles del BCRA y fortalecer las reservas. Sin embargo, este mecanismo implica un aumento de la deuda con el FMI, que ya asciende a U$S 41.000 millones.
Coyuntura política y reacciones internacionales
En el ámbito político, el discurso del presidente Javier Milei en Davos ha generado críticas por su tono confrontativo. Asimismo, el escándalo relacionado con la cripto-estafa $LIBRA y la designación de jueces en la Corte Suprema por Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) han provocado un fuerte rechazo institucional. La prensa internacional ha destacado estos eventos, señalando a Argentina por sus controversias políticas más que por sus avances económicos.
¿Desafíos poselectorales o preelectorales?
No lo sabemos. El acuerdo con el FMI le permitiría al gobierno sostener la estabilidad hasta las elecciones (ceteris paribus), pero antes o después de los comicios surgirán nuevos desafíos. Entre ellos, se destacan la necesidad de levantar el cepo cambiario, adoptar un régimen de tipo de cambio flexible y establecer una meta monetaria clara. Además, se requiere una serie de reformas estructurales en el ámbito laboral, fiscal y previsional para garantizar la competitividad económica a largo plazo.
Deducciones
Si bien la estrategia de estabilización ha logrado reducir la inflación mensual, no ha quebrado la barrera del 2%, la apreciación del tipo de cambio y la rigidez de las intervenciones gubernamentales han generado nuevos desequilibrios macroeconómicos. El desafío principal radica en la sostenibilidad de este modelo económico durante los próximos meses, antes o después de las elecciones presidenciales.
La historia económica argentina está atestada de señales ignoradas que precedieron a cada crisis. En 1989, fue la hiperinflación descontrolada; en 2001, la convertibilidad insostenible y la explosión del desempleo; en 2018, la errónea creencia de que se podía domar al dólar con deuda y altas tasas de interés. Hoy, las señales están a la vista: un peso sobrevaluado, reservas en caída libre, un mercado de deuda tenso y una presión social que se enciende como pólvora.
El desmoronamiento puede llegar de muchas formas: una corrida cambiaria incontrolable, un levantamiento social que obligue al gobierno a recalcular su estrategia, o un colapso de los mercados que lleve a la política económica a un punto sin retorno. El 2001 nos enseñó que la estabilidad aparente puede derrumbarse de un día para el otro. El 2018 nos demostró que los mercados, una vez que huelen sangre, atacan sin piedad. Argentina se acerca peligrosamente a una tormenta perfecta.
El país enfrenta dos caminos: reaccionar antes del desastre o entregarse a la fatalidad de la historia. Pero una cosa es segura: si la crisis estalla, no habrá anestesia. Será caótica y devastadora. La pregunta ya no es si habrá un nuevo colapso, sino qué tan pronto puede llegar.
Director de Fundación Esperanza. Profesor de Posgrado en UBA y universidades privadas. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de seis libros.
- Temas
- Dólar
Dejá tu comentario