Un tipo de propagandista especialmente peligroso es el portavoz organizado de una sociedad que existe principalmente para que él pueda expresar sus opiniones sobre algún tema que le interesa (...) Este hombre podría hablar sin parar en la esquina de la calle y nadie le prestaría la menor atención. Así que organiza una sociedad, se hace elegir presidente, consigue un membrete que lleve todos los nombres impresionantes que pueda conseguir y, ¡voilà! habla con autoridad en nombre de la Sociedad Internacional para la Elevación de una Raza Caída.
Meta y Silicon Valley allanan la victoria de Trump en su cruzada por la libertad de expresión
El artículo publicado hace exactamente 100 años por Edward McKernon en la revista Harper's demuestra que la desinformación y los peligros de las noticias falsas para la democracia no son algo nuevo. Un siglo después, el reel de Mark Zuckerberg en su cuenta de Instagram no solo aleja esta problemática de una tratamiento, sino que inaugura un nuevo escenario en la antesala del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
A través de su CEO, Meta anunció que descontinuará su programa de verificación de datos para los contenidos disponibles en sus plataformas, utilizadas por cerca de 4,000 millones de usuarios en todo el mundo. Lejos de ser sorpresiva, esta decisión, que revierte el programa creado tras la elección de Trump en 2016, representa el corolario de un largo acercamiento hacia las prioridades del expresidente.
El nombramiento de aliados de Trump en el Directorio de Meta y su dirección de asuntos globales, la donación de un millón de dólares para la investidura del republicano el 20 de enero próximo y lo que espera sea un progresivo abandono en los compromisos de diversidad e inclusión, son parte del reacomodamiento estratégico de CEO´s de Silicon Valley que, tal como Zuckerberg, buscan una relación más amistosa con el presidente electo de los Estados Unidos.
“Mark, Meta, ¡bienvenidos a la fiesta!”, exclamó la CEO de X, Linda Yaccarino, celebrando además el desdén con el que Zuck se refirió a los “medios tradicionales”, mascarilla de proa discursiva de su jefe Elon Musk. La fiesta, sin embargo, acoje hospeda lo que Steve Bannon, jefe de estrategia durante el primer mandato de Trump, definió como “inundar el terreno con mierda” en su cruzada contra la verdadera oposición: los medios de comunicación.
De suspender la cuenta de Trump tras el ataque al Capitolio en 2021, calificando los riesgos de permitirle usar la plataforma como "simplemente demasiado grandes", Zuckerberg y su posicionamiento político reflejan la transición de las big tech de pedir perdón a dejar de hacerlo, incluso cuando parece contraintuitivo. Cuando Trump ganó en 2016, las redes sociales se llenaron de análisis explicativos ante la sorpresa. Esta vez, no. La contundencia en la victoria dejó la tarea explicativa como pendiente solo del Partido Demócrata.
Donald Trump, que gobernará con el respaldo de un Congreso controlado por el Partido Republicano y un Tribunal Supremo de mayoría conservadora (en el que él nombró a tres de sus miembros), parece tener, en la antesala de su asunción, un éxito político y mediático que eclipsa incluso el hecho de haberse convertido en los últimos días en el primer mandatario en la historia de los Estados Unidos en ser condenado por un delito penal.
La capacidad de sorprender cada día, de ir más allá de la acción o declaración bizarra o abusiva del día anterior con otra, es un poder que poseen todos los autócratas exitosos. Los medios de comunicación y la política occidentales aún son incapaces de lidiar con un recurso que ahora parece encontrará tierra fértil en Meta y sus plataformas para continuar su inundación.
Trump asumirá en un escenario ideal para continuar dominando la batalla por la atención, cumplir su promesa de intensificar los ataques contra el periodismo independiente e instaurar una nueva normalidad. Una normalidad que A.G. Sulzberger, editor en jefe de The New York Times, advirtiera desde las páginas de The Washington Post: “La guerra contra la libertad de expresión también se libra en las democracias”.
Licenciado en Relaciones Internacionales por la USAL
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