25 de enero 2025 - 00:00

Positiva recepción de los mercados tras la asunción de Donald Trump

El S&P 500 alcanzó un nuevo máximo histórico luego de que el mandatario estadounidense brinde su discurso en el Foro de Davos.

El mercado recibió a Donald Trump  de manera positiva tras su asunción y discurso en Davos.

El mercado recibió a Donald Trump de manera positiva tras su asunción y discurso en Davos.

El mercado recibió a Donald Trump de manera positiva, y los índices bursátiles de Estados Unidos se dirigen a finalizar una semana en verde, a pesar de un ligero retroceso el viernes. Esto se produce después de que el S&P 500 alcanzara un nuevo máximo histórico de 6.119 en la rueda del jueves, luego del discurso del mandatario en Davos.

Entre alguno de los factores a destacar que impulsaron la positiva recepción por parte del público inversor, Trump siguió bajándole el tono a la guerra comercial con China. En este sentido, el nuevamente electo presidente, señaló que preferiría no tener que usar aranceles contra el país asiático. La falta de definiciones en este frente se interpreta como positiva por el mercado, ya que da la pauta de que el nuevo mandatario busca dejar lugar a negociaciones antes de imponer cláusulas definitivas. Por ahora, si bien sus declaraciones generaron bastante eco, restará conocer en detalle las precisiones para poder dimensionar con mayor claridad el posible impacto.

Ampliando sobre el último punto, desde la administración de Trump se comenzó a hablar de un 10% de arancel general a los productos chinos a partir de febrero. Esto representa un número considerablemente menor al 60% que el presidente repitió durante la campaña electoral. Recordemos que Trump había mencionado el lunes que planeaba imponer tarifas del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá a partir del 1 de febrero. Sin embargo, lo que es concreto por el momento, es el llamado a revisión de prácticas comerciales para el 1 de abril. En este contexto, el dollar index (DXY) aceleró su retroceso desde la asunción de Trump en alrededor de 1,8% hasta ubicarse en 107,4. La contracara de este movimiento se visualiza en lo que se encamina a ser una muy buena semana para las monedas emergentes.

Por otro lado, donde sí parece que Trump pisará el acelerador, es en la presión que intentará ejercer sobre el devenir de la política de tasas de la FED. Así, el jueves el presidente elevó la tensión con Powell, presidente de la Reserva Federal, al hacer un comentario concreto al respecto. En palabras textuales declaró: “demando una baja en la tasa de interés inmediatamente”, al tiempo que mencionó que los bancos centrales del mundo deberían seguir también este camino. Particular timing para esta mención, en la antesala de lo que fue una nueva suba de tasas por parte del Banco Central de Japón. Así, la tasa de política monetaria del país asiático paso de 0,25% a 0,50%, alcanzando el nivel más alto en 17 años.

Haciendo un poco de memoria, la tensión entre quien preside la Fed y Trump tiene historia. Jerome Powell, ya había enfrentado esta presión para ajustar las tasas de interés en 2018 (también con ambos en sus actuales posiciones) cuando la Reserva Federal se encontraba en pleno ciclo de suba de tasas (desde niveles considerablemente más bajos a los actuales). Si bien ahora estamos en otro momento del ciclo, el mercado -y la Fed- se debate acerca de cuál será la velocidad a la que se recortará (y si lo hará) la tasa de política monetaria. Vale la pena aclarar que hoy se sitúa en el rango de 4,25% a 4,5%.

Lo cierto, es que Trump hereda una economía que goza de buena salud. La economía estadounidense creció 3,1% trimestral anualizado en el tercer trimestre del 2024, mientras que, el último nowcast de la Fed de Atlanta indica que esta tendencia se habría mantenido durante el cuarto trimestre. El mercado laboral también se alinea a esta sintonía y muestra signos característicos de una economía saludable. Los últimos datos de empleo para el mes de diciembre sorprendieron por su fortaleza, con la tasa de desempleo ubicándose en 4,2%. Es por los factores mencionados que, a pesar de que la desaceleración de la inflación muestra progreso, Powell no dará el brazo a torcer ya que conoce bien los riesgos de apurar una baja de tasas. La Fed es consciente que una política monetaria más laxa puede sacrificar el avance en materia de desinflación hacia el objetivo del 2%.

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