Finaliza un año donde un conjunto de indicadores macroeconómicos mostrará desempeños positivos y que traen consigo expectativas alentadoras para 2025. Para analizar más minuciosamente, tanto del sector público como del privado se pueden arribar a conclusiones concretas.
Primer año de gestión de Javier Milei: logros y cuentas pendientes
Desde el punto de vista del sector público y analizando técnicamente las variables, alcanzar superávit fiscal y sostenerlo en el tiempo es un mérito que hay que reconocer.
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Desde el punto de vista del sector público y analizando técnicamente las variables, alcanzar superávit fiscal y sostenerlo en el tiempo es un mérito que hay que reconocer.
Cabe mencionar que lograr dicho desafío tuvo como contrapartida una fuerte caída del gasto público. Concretamente, la baja prácticamente a 0 la obra pública, las bajas de los subsidios (transporte, servicios públicos, etc.), las transferencias y coparticipación a las provincias. Además de la pérdida en los salarios registrados del sector público (cerca de +3,5 millones de personas) y de los jubilados (+7,3 millones).
Aquí podemos encontrar grandes perdedores: la construcción con caída del 16,6% de acuerdo al Estimador Mensual de la Actividad Económica del INDEC (EMAE) de septiembre. Queda de manifiesto la importancia del gasto público en obra pública que tracciona fuertemente la construcción en general. Como consecuencia de esta caída, la mano de obra del sector se encuentra notablemente impactada.
El otro segmento que muestra signos de fuerte debilidad, son los salarios y jubilaciones del sector público, impactando en los consumos de las familias y por ende en las ventas de los supermercados, centros de compra y supermercados mayoristas con caídas significativas del 11,6%, 9,9% y 14,4%, respectivamente, acumulados a septiembre de acuerdo al INDEC.
Se destaca, por otra parte, y, como consecuencia de la brutal caída del gasto público, el desplome de los presupuestos a la educación pública (primaria, secundaria y universitaria), la desinversión a ciencia, técnica e investigación y desarrollo (CONICET, INTI, INTA, entre otros) y a la salud pública (3,8% del total de presupuesto 2024, cuando normalmente se ubica en torno a 2,5 veces por encima del actual porcentaje).
Respecto a las variables financieras, la caída del riesgo país de 2.600 puntos básicos a alrededor de 750 p.b. (3,5 veces menos) constituye un avance importante que abre incipientemente nuevas puertas al mercado internacional de crédito. Es una condición necesaria el camino recorrido a la baja del riesgo país, pero no suficiente para garantizar crédito fresco.
Las brechas en cuanto a los diferentes tipos de cambio (oficial, MEP, CCL, blue) donde hace un año se ubicaban en torno al 200%, en diciembre del presente año no superan el 5%. Asimismo, la política monetaria de baja de las tasas de interés (133% nov-23 vs. 32%) y el "crawling peg" del 2% mensual, aportaron credibilidad en el sector financiero, uno de los grandes ganadores de este año. Queda demostrado en el desempeño del Merval pasando de 580 puntos en noviembre del año pasado a cerca de 2.200 puntos al cierre de esta nota, casi multiplicado por 4.
En cuanto a la industria, cuya caracterización del sector refleja diversidad y heterogeneidad, los impactos negativos de los asalariados privados, al menos hasta la mitad del año, impactaron en la demanda del consumidor y por ende golpearon la industria en general.
En el caso de la utilización de la capacidad instalada (UCI), a septiembre se ubica 5,5 puntos porcentuales por debajo del mismo mes del año pasado (aunque a 9 p.p. por encima del alcanzado en abril). La industria automotriz, textil, de caucho y plástico, metalmecánica y productos químicos mostraron fuertes retrocesos en sus actividades de producción. En cambio, refinación de petróleo es aquella industria que evoluciona a buen ritmo, incluso si se observa el Índice de Producción Industrial Minero (INDEC), cuya variación acumulada alcanza el 6,4% a octubre del presente, liderando justamente el sector de petróleo crudo y del gas natural.
De acuerdo a los datos de la Unión Industrial de Argentina (UIA) del mes pasado, el Monitor de Desempeño Industrial (MDI), si bien se ubica en zona de contracción por décimo relevamiento consecutivo, muestra signos de mejora. Las ventas internas y externas aún siguen en terreno negativo, aunque con avances respecto a meses anteriores.
En cuanto al agro, sector que depende Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPIM, INDEC), a octubre, la variación acumulada alcanzó el -11,6%, prácticamente coincidiendo con los indicadores mencionados anteriormente (UCI, MDI). Se encuentran grandes caídas en madera, papel y edición, prendas de vestir y calzado, muebles, etc.
Las perspectivas para el año entrante se encuentran ancladas bajo un escenario de continua desaceleración inflacionaria minorista (28% anual), bajas en las tasas de interés (25%), aumento del crédito productivo, hipotecario, salarios, exportaciones (u$s83 mil millones), con similar superávit comercial (u$s16 mil millones), y especial participación del sector petrolero y gas, incipiente aparición del sector minero asociados todos al RIGI (Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones) y consolidación del sector de la economía del conocimiento que aporta aproximadamente el 10% de las exportaciones nacionales.
Economista Jefe de CREEBBA (Centro Regional de Estudios Económicos de Bahía Blanca). Fundación Bolsa de Comercio de Bahía Blanca
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