La balanza comercial registró un superávit de u$s1.234 millones en noviembre, como resultado de exportaciones por u$s6.479 millones e importaciones de u$s5.245 millones. Este desempeño acumuló un saldo positivo de u$s17.371 millones en el año.
Qué miran los mercados y cómo se arman las piezas de 2025
Hay dos condiciones que hoy llaman la atención de inversores y analistas: la estabilización y un sector externo que se afianza. Los detalles.
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Las ventas al exterior aumentaron un 31,6% interanual en valor, impulsadas por un incremento del 35,5% en las cantidades, a pesar de una caída del 2,8% en los precios. Prácticamente todos los rubros mostraron crecimiento en comparación con noviembre de 2023, excepto combustibles y energía. Además, los volúmenes exportados acumulan once meses consecutivos de subas, con un crecimiento del 25,5% en el acumulado anual.
Por otro lado, las importaciones cayeron un 4,3% interanual debido a menores precios (-3,9%), mientras que las cantidades se mantuvieron casi estables (-0,2%). En términos acumulados, las compras externas se redujeron un 20,2%, explicado principalmente por una marcada disminución en las cantidades (-17,1%). Este comportamiento refleja el encarecimiento de las importaciones tras la devaluación, el aumento del impuesto PAÍS, la recesión y la sobreimportación de ciertos bienes en 2023 debido al atraso cambiario.
En el ámbito internacional, la Reserva Federal (FED) recortó su tasa de política monetaria en 25 puntos básicos, situándola en el rango del 4,25%-4,50%, como era esperado. Asimismo, ajustó al alza su proyección para 2025, elevándola de 3,4% a 3,9%, anticipando solo dos recortes en el año. Esto sugiere que la FED ralentizará el ritmo de reducción de tasas. Además, los datos del índice de Gasto en Consumo Personal reflejaron un aumento interanual del 2,4% en la medición general y del 2,8% en su versión núcleo. Aunque estas cifras estuvieron por debajo de lo previsto, continúa preocupando que la inflación persista en niveles elevados.
Para las economías emergentes, la permanencia de tasas altas fortalece al dólar en detrimento de las monedas locales y debilita el precio de los commodities. En el caso de Brasil, la moneda, que ya enfrentaba presiones por la situación fiscal, se depreció hasta los 6,29 reales por dólar previo al anuncio de la FED. En respuesta, el Banco Central de Brasil incrementó la tasa Selic en un punto porcentual, llevándola al 12,25%, y aumentó su intervención en el mercado cambiario.
En síntesis, para 2025 se prevé un superávit comercial en bienes, aunque menor al de 2024. Las importaciones podrían crecer impulsadas por la recuperación económica, la disminución del dólar oficial, la eliminación del impuesto PAÍS y la normalización en los pagos.
Por su parte, las exportaciones también aumentarían, aunque en menor medida, debido a la caída en los precios de los commodities agrícolas.
A nivel microeconómico, entre precios internacionales más bajos y la apreciación cambiaria, el poder de compra interno de la soja se encuentra en niveles históricamente bajos, 40% por debajo del promedio de 2018-2023, y comparable con los de finales de 2015 y el período 1999-2001.
Desde una perspectiva sectorial, resulta fundamental eliminar los derechos de exportación para fomentar la competitividad.
Profesor de la Universidad del CEMA.
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