Argentina cerró el 2024 con un importante repunte del superávit comercial, que pasó del rojo de casi US$7000 millones que dejó el 2023 a un saldo positivo de más de US$17.300 millones, según los datos disponibles hasta noviembre.
Superávit comercial, un logro del 2024 con muchos desafíos de cara al nuevo año
El saldo positivo entre importaciones y exportaciones fue un pilar fundamental para que el Gobierno consolidara su programa económico durante el año pasado. Cuáles son los principales retos del 2025.
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Esta realidad se vio reflejada en un fuerte crecimiento de las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA), la estabilidad de los dólares paralelos, la reducción de la brecha cambiaria y una importante suba del valor de los bonos soberanos.
El sector agropecuario fue, una vez más, un actor determinantepara el ingreso de dólares al país.
Según datos de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y del Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), la liquidación de divisas del agro repuntó un 27% interanual con un acumulado que superó los US$25.090 millones, luego de la histórica sequía del 2023.
En lo que respecta a diciembre, las empresas del sector liquidaron la suma de U$S1966 millones, lo que representó un alza del 58% en relación al mismo mes del 2023, pero una baja del 1,6% en relación a noviembre.
Para consolidar e incrementar el saldo comercial del 2025, será fundamental la continuidad de las medidas desreguladoras del gobierno de Javier Milei, la reducción de impuestos y la quita gradual de las retenciones a las exportaciones.
En ese sentido, cabe destacar que hay una serie de aspectos que podrían hacer tambalear los buenos números del superávit comercial y que deben monitorearse bien de cerca.
Uno de ellos es el incremento de las importaciones, producto del abaratamiento de las mismas que produjo la necesaria quita del Impuesto PAÍS, que se implementó a partir de diciembre como una medida clave para avanzar hacia la salida del cepo cambiario.
A esto, se suma la tendencia bajista de los precios de los commodities agrícolas, como la soja y la carne, que impactaría en el ingreso de divisas pese a que las cantidades exportadas podrían ser mayores.
De hecho, en base a las estimaciones sobre la superficie implantada, se calcula que la cosecha de maíz, soja y trigo de la campaña 2024/25 podría ser US$4500 millones menor a la de 2023/24. Lo que finalmente suceda también dependerá de los cambiantes factores climáticos, que siempre son importantes para la producción agropecuaria.
Por eso, será indispensable que en este escenario se ajuste la sintonía fina y se fomente el perfil exportador de otros rubros de la economía, como el energético, para paulatinamente dejar de lado a la agro-dependencia.
Gerente General de Outland Logistics
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