18 de marzo 2025 - 10:57

Tragedia en Bahía Blanca: 16 muertes, miles de evacuados, $400.000 millones en pérdidas ¿Cómo pudo suceder?

El temporal en Bahía Blanca no es un hecho aislado; forma parte de una tendencia global que en los primeros 3 meses del año ya se manifestó en Argentina en forma de inundaciones, tormentas sin precedentes e incendios descontrolados.

Hace tiempo la idea de refugios climáticos resulta blanco de muchísimas críticas para aquellas personas que creen que hablar de crisis climática es una exageración.

Hace tiempo la idea de refugios climáticos resulta blanco de muchísimas críticas para aquellas personas que creen que hablar de crisis climática es una exageración.

Desde hace años me dedicó a promover el desarrollo sostenible, buscando que integremos la perspectiva ambiental al desarrollo económico y al bienestar de las comunidades. Sin embargo, hoy escribo sobre un evento desolador: un temporal que dejó 16 muertos, en su mayoría personas ahogadas en sus propios hogares, y no puedo evitar preguntarme: ¿cómo pudo suceder?

Si bien la causa inmediata fue el desborde hídrico, es crucial analizar las diversas razones que contribuyeron a esta tragedia, entre ellas el cambio climático, la falta de infraestructura adecuada, la urbanización desordenada y, sobre todo, la falta de prevención.

Cambio Climático: de papers científicos a portales de noticias

La ciencia ha demostrado durante años que el cambio climático está alterando patrones climáticos globales y exacerbando fenómenos meteorológicos extremos. Según un informe del IPCC del (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático), las precipitaciones extremas han aumentado un 7% por cada grado Celsius de aumento en la temperatura global. En este contexto, es importante recordar que 2024 fue el año más caluroso registrado, superando por primera vez el aumento de la temperatura global en 1.5°C respecto a los niveles preindustriales. Hemos leído las consecuencias en papers científicos, pero hoy podemos verlas en las primeras planas en todo el mundo.

Relación entre el cambio climático y las lluvias extremas

Las altas temperaturas incrementan la evaporación y la humedad en la atmósfera, lo que favorece precipitaciones más intensas y concentradas en períodos más cortos, aumentando el riesgo de inundaciones.

A nivel regional, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) documentó que entre 1970 y 2019, las precipitaciones anuales en la región pampeana aumentaron un 30%, con un incremento notable en eventos de lluvias intensas superiores a 50 mm por hora, como ocurrió en este caso. Además, un estudio publicado en 2025 por la Academia Nacional de Ciencias revela que las precipitaciones extremas en ciudades han aumentado un 5-10% en las últimas tres décadas, especialmente en áreas urbanas de América del Sur, donde las lluvias intensas pueden superar los 100 mm por hora, dejando en evidencia el impacto tangible del cambio climático.

¿Cómo influye la urbanización?

La urbanización no planificada ha cubierto grandes áreas con pavimento, reduciendo los espacios verdes y limitando la capacidad de absorción del suelo, lo que aumenta la vulnerabilidad a inundaciones. Según un estudio de la Universidad Nacional del Sur (UNS), Bahía Blanca tiene una capacidad de drenaje que soporta hasta 40 mm de lluvia por hora. Sin embargo, la tormenta reciente produjo precipitaciones de hasta 100 mm en menos de dos horas, lo que desbordó el sistema. Es importante recordar que todos los estudios climáticos advierten que estos fenómenos seguirán ocurriendo, y debemos prepararnos.

La ciencia lo advirtió, pero aún esperamos: análisis de la inacción

Hace tiempo sabemos que algo así podría pasar, pero ¿cuál es nuestra respuesta? Argentina cuenta con mecanismos nacionales e internacionales diseñados específicamente para hacer frente al cambio climático, como el Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (1992), el Acuerdo de París (2015), los Objetivos de Desarrollo Sostenible (2015) y la Ley Nacional 27.520 (2019). Estos instrumentos establecen medidas concretas, como por ejemplo fondos para daños y pérdidas. Y para ser clara, los $400.000 millones requeridos para la reconstrucción de Bahía Blanca son daños y pérdidas.

Sin embargo, la falta de planificación efectiva, las políticas a corto plazo y la débil coordinación interinstitucional impiden su implementación, y seguimos esperando respuestas, mientras lamentamos cada vez más pérdidas. Sí, también de vidas humanas.

Refugios climáticos: la descoordinación en la respuesta a emergencias

Hace tiempo la idea de refugios climáticos resulta blanco de muchísimas críticas para aquellas personas que creen que hablar de crisis climática es una exageración. No se trata de bunkers de la Segunda Guerra Mundial, sino de espacios equipados con alimentos, agua, energía y asistencia médica, preparados para dar respuesta ante catástrofes. La falta de planificación y coordinación de los servicios de emergencia dejó a los habitantes sin opciones claras sobre dónde ir ni qué hacer: las comunicaciones colapsaron, las líneas telefónicas fueron inutilizables y la falta de electricidad impidió que los ciudadanos recibieran instrucciones precisas.

Con el diario del lunes, ¿creemos que los refugios climáticos habrían sido útiles en una situación como esta? ¿Deberíamos comenzar a contar con ellos en las grandes ciudades? Recordemos que, según el último censo, más del 92% de la población argentina vive en grandes áreas urbanas.

Reflexión: la necesidad de prepararnos para el futuro

La tragedia de Bahía Blanca es dolorosa y me deja esta constante pregunta: ¿cómo pudo suceder? No solo por la violencia de las lluvias, sino por la falta de preparación de la ciudad ante los riesgos climáticos, la urbanización desordenada y la insuficiencia de infraestructuras resilientes.

Lamentablemente no se trata de un hecho aislado; es parte de una tendencia global que en los primeros 3 meses del año ya se manifestó en Argentina en forma de inundaciones, tormentas sin precedentes e incendios descontrolados. Las ciudades deben adaptarse a esta nueva realidad, invirtiendo en infraestructura capaz de manejar eventos climáticos extremos, como sistemas de drenaje eficientes, áreas verdes para absorber agua, refugios climáticos adecuados y planes de evacuación bien definidos.

Esto no debería volver a suceder nunca. Los eventos climáticos se van a multiplicar pero no pueden volver a encontrarnos vulnerables en casa, sin posibilidad de reacción y sin mecanismos de respuesta claros. Debemos pensar qué podríamos haber hecho para tener hoy un panorama diferente, y sobre todo debemos pensar qué vamos a hacer desde nuestro lugar, ya sea ciudadanía, sector privado o gobierno, para no repetir esta historia.

Carolina Mónaco, Directora ejecutiva de Eco House Global

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