31 de julio 2020 - 13:12

Turismo de proximidad: una alternativa para reactivar la industria

Se trata de una de las industrias y actividades más golpeadas a nivel global que, desde hace más de cuatro meses, busca un horizonte claro y políticas eficientes de reactivación.

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La pandemia del Covid-19 paralizó al turismo en todo el mundo y es considerada la peor crisis de su historia. Sin duda, se trata de una de las industrias y actividades más golpeadas a nivel global que, desde hace más de cuatro meses, busca un horizonte claro y políticas eficientes de reactivación, tanto para los 330 millones de trabajadores a nivel mundial existentes previo la crisis, como para todos los que ansiamos volver a viajar para reconectarnos con personas y destinos que nos hacen bien.

En el caso de Argentina, actualmente nos encontramos en una etapa donde algunas provincias como Corrientes, Santiago del Estero, San Juan, Mendoza, Salta y Tierra del Fuego, entre otras, están ensayando la vuelta del turismo con protocolos de higiene y distanciamiento social. En este sentido, el objetivo principal de cada una de ellas es que sus habitantes redescubran las bellezas turísticas de su propio territorio llevando a cabo diferentes estrategias y planes para fomentarlo.

De esta forma, el turismo de proximidad es potenciado por una amplia oferta de destinos naturales. Gracias a la ventaja que presentan los vastos espacios abiertos, los parques nacionales son algunos de los primeros en empezar a reactivar el turismo. Por ejemplo, el Parque Nacional Iguazú que fue uno de los primeros que pudo volver a abrir sus puertas para visitantes locales, a través de un protocolo que permite realizar las caminatas por los senderos señalizados y habilitados, con el uso obligatorio del barbijo, pero prohibiendo que se hicieran picnics o actividades que pudieran presentar aglomeraciones de cualquier tipo.

Sin embargo, se trata de un beneficio que, por el momento, deja en stand by el vasto afluente de turistas que podrían llegar de otras regiones y provincias, para ir restituyendo una demanda un poco más robusta y sostenible. En plena época invernal resuenan los casos como Bariloche (donde casi el 90% del empleo está relacionado con el turismo) o San Martín de los Andes que dependen en gran medida de lo generado durante las vacaciones de invierno. Algunos centros de esquí, como Las Leñas en Mendoza, decidieron directamente no abrir esta temporada, aunque estén viviendo una de las mejores nevadas de los últimos años, y buscan sobrevivir hasta 2021.

Como primer paso, muchos centros turísticos locales instauraron una metodología de “venta anticipada” de servicios, pasajes, hospedajes, porque comenzaron a vislumbrar una forma de atender sus necesidades estructurales, actualizar su oferta a las demandas y necesidades del público, y generar cierta previsibilidad para la industria. Sin embargo, por más buena voluntad y optimismo que se tenga, debemos pensar soluciones superadoras. El voluntarismo solo no alcanza. Es por ello que el sector necesita también una normativa de emergencia para subsistir ante este contexto; luego de sobrevivir podremos pensar en la real reactivación de la industria cuya capacidad de resistencia se encuentra en su límite.

A su vez, es imposible pretender recuperar el turismo si existen “fronteras” provinciales internas, o incluso municipales. Si bien una apertura internacional parece aún incierta para Argentina, se ha establecido la reanudación de la actividad aerocomercial internacional el 1° de septiembre. Teniendo en cuenta que casi el 70% de nuestros ingresos por turismo extranjero provienen de la propia Sudamérica, resulta indispensable establecer acuerdos serios y protocolos de integración con nuestros vecinos de la región. De esta situación se sale con mayor integración y cooperación entre las naciones.

La “reapertura” turística empieza desde lo cercano a lo más lejano: primero la propia provincia, luego el país, después los países limítrofes o cercanos y, por último, los de largo radio. Recién estamos dando el primer paso hacia la resurrección de un sector que hoy sufre severamente la incertidumbre política, sanitaria, económica y social, pero que busca nuevas maneras de sobrevivir y reinventarse, forjando un nuevo futuro para la actividad.

(*) Ex Ministro de Turismo de la Nación y autor del libro "El después: Turismo y Humanidad"

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