28 de septiembre 2024 - 17:25

Un gobierno pro-ricos con un presupuesto pro-ricos

La novedad es que el gobierno ahora intenta reconstruir la confianza de los mercados a partir de ofrecerles un cheque en blanco modificando la nueva regla fiscal y suscribiendo una única prioridad: pagar los servicios de la deuda pública.

Presupuesto 2025
Ámbito

Javier Milei volvió al Congreso, esta vez para presentar el presupuesto 2025. Construyendo un escenario fuera de las reglas institucionales establecidas, Milei ensayó nuevamente su populismo de ultra-derecha: anulando e insultando a quienes no piensan como él, reivindicó la motosierra y el ajuste frente a un país cada vez más golpeado por la pobreza.

La novedad es que el gobierno ahora intenta reconstruir la confianza de los mercados a partir de ofrecerles un cheque en blanco modificando la nueva regla fiscal y suscribiendo una única prioridad: pagar los servicios de la deuda pública. Está claro que el gobierno está preocupado por sus perspectivas financieras y necesita seguir construyendo buenas expectativas, recordemos que el 9 de enero del 2025 debe enfrentar pago de intereses y amortización de capital de los famosos AL30 por un monto de US$ 1.700 millones para el primero y US$ 2.900 millones para el segundo

Pero este presupuesto, no solo otorga ese cheque en blanco a los bonistas y principalmente al FMI, sino que también es profundamente injusto. La obsesión por el déficit se combina con una distribución del gasto profundamente cruel, que ignora a su vez el impacto desigual que ya tiene la crisis sobre los sectores empobrecidos de nuestra sociedad.

La estimación del gasto en jubilaciones es levemente superior a la de este año medida en términos del PIB. Un cálculo basado en que la inflación caería hasta 18% anual en diciembre, un escenario tan optimista que ni siquiera el mercado financiero lo prevé. De todas formas, si se cumplen los deseos del gobierno el gasto para los adultos mayores va a seguir siendo menor respecto al que tenía en 2023. Mientras tanto, la recaudación de impuestos por bienes personales caería. O sea, se sostienen bajas jubilaciones para bajar los impuestos que pagan los sectores con más espalda.

La inequidad en el reparto del ajuste fiscal de Milei también se comprueba en que no se modifica ninguna partida de los gastos tributarios, es decir los beneficios que obtienen algunos sectores al ser eximidos de impuestos. Un concepto tan importante que representa 3,5% del PIB, más costoso que los subsidios económicos. En su interior podemos encontrar exenciones al pago ganancias del poder judicial (0,1 p.p.), reducción del IVA en la construcción de viviendas (0,15 p.p.), promoción a la minería (0,07 p.p.) y a la economía del conocimiento (0,06 p.p.), entre otros. Seguramente no sea el mejor camino eliminar muchos de los gastos tributarios, dado que buscan incentivar sectores estratégicos para nuestro país o reducir el costo de algunos productos básicos; pero sí es necesario debatirlos en el Congreso y revalidar su necesidad sector por sector, más en un momento de profunda crisis.

La crueldad también cae sobre las futuras generaciones: los recortes en ciencia y tecnología son sinónimo de domoler la escalera al futuro desarrollo nacional. El presupuesto para el CONICET a penas aumentaría 18,2% en 2025, si bien está en línea con la inflación proyectada, no recupera lo perdido en el 2024. Una dinámica donde también las Pymes pierden, dado que se va a desfinanciar muy fuerte al INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) dado que su partida cae en términos nominales, -14,4%.

Atravesamos una recesión muy fuerte, el consumo cayó casi 10% en el segundo trimestre del año. Y eso se ve en la calle, en la Ciudad de Buenos Aires hay cada vez menos personas transitando, la gente no sale ni a tomar un café; está recluida en su casa, en su barrio, porque la palta no le alcanza, hay quiénes ya no tienen laburo. El desempleo en el segundo trimestre llegó al 7,6% a nivel nacional.

Como dijo recientemente Cristina Fernández de Kirchner, hay que revertir el déficit fiscal, pero de forma tal de que el peso no caiga sobre los que menos tienen. Y el gobierno va a en la dirección opuesta. La discusión del presupuesto no tiene que ser sobre déficit si o déficit no, tiene que ser sobre qué país queremos construir.

Economista, docente universitaria, directora del Banco Ciudad

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