4 de julio 2024 - 00:00

Luis Petri encabeza el acto del retorno a la actividad operativa de un avión Hércules

El titular de la cartera de Defensa cortará la cinta que habilita el regreso de la aeronave a funciones.

El Hércules actualizado matrícula TC-69.

El Hércules actualizado matrícula TC-69.

El ministro de Defensa Luis Petri junto con Fernando Sibilla, presidente de la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA), presidirá la ceremonia que habilita el regreso del Hércules matrícula TC-69 a la actividad operativa para nuevas misiones tras ser sometido a un mantenimiento mayor, PDM (Programmed Depot Maintenance) en la planta cordobesa.

El proceso de inspección mayor comenzó sobre el final de 2022. Es una tarea compleja y extensa del orden de 9 a 12 meses dependiendo de cada aeronave. Consiste, en general, del desmonte de toda su estructura, incluyendo las alas, el estabilizador vertical, los motores y el tren de aterrizaje, inspeccionarlos y reparar componentes, también la aplicación de los denominados boletines de servicio del fabricante, en este caso Lockheed Martin, hasta los emitidos en 2024.

Los boletines del fabricante tienen el objetivo de corregir fallas o un mal funcionamiento o introducir modificaciones y/o mejoras, o para implementar una acción de mantenimiento nueva en la aeronave de que se trate.

La entrega del avión se festejará como un logro de gestión, aunque estuvo teñida de idas y vueltas durante la etapa del management anterior que lideraba Mirta Iriondo.

La línea de mantenimiento de Hércules en la que trabajan experimentados técnicos se vio resentida por ciertos desmanejos en la trazabilidad de componentes que proveía la dirección de material de la fuerza por entonces a cargo del brigadier Pablo Solé, hoy miembro del directorio de la fábrica.

Esa novedad levantada por la Dirección de Aeronavegabilidad Militar Conjunta (DIGAMC) surgió colateral a no conformidades de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) sobre líneas de mantenimiento a aviones comerciales en las que intervino la empresa de la provincia de Córdoba.

La buena noticia es que la fábrica en el lapso de los primeros seis meses de gerenciamiento de Sibilla incluyó hasta el último de los boletines de servicio de 2024 y con ello se puede decir que el Hércules TC-69, bautizado "Puerto Argentino”, quedó cien por ciento actualizado.

Capacitación y mantenimiento

Este avión, en 2016, fue el primero de una serie de cinco en recibir el programa de Modernización, Estandarización y Renovación de los Hércules, con la incorporación de equipos de comunicación satelital, radar de última generación, instalación de visión electro óptica e infrarroja, panel de instrumentos con seis pantallas multifunción, sistema digital para el indicador de combustible y electrónico para el control de hélices, como así también, la modificación de luminarias de cabina, compartimiento de carga y exterior de las aeronaves para hacerlas compatibles con los requerimientos de visión nocturna.

La tarea se cumplió en Texas, Estados Unidos, y permitió capacitar a técnicos e ingenieros de FAdeA. Esos conocimientos adquiridos y la transferencia de tecnología facilitaron la aplicación del programa al resto de los Hércules de la fuerza en la instalación cordobesa. La expertise y la certificación de Lockheed Martin que alcanzó el personal brinda la posibilidad de ofrecer este tipo de servicio de modernización a potenciales clientes

La semana pasada en el marco de la Conferencia Bilateral entre Argentina y Estados Unidos sobre industria para la defensa, con presencia de Lockheed Martin y otros importantes grupos fabricantes estadounidenses, Petri dijo: “Hay 215 millones de dólares que fueron transferidos por la gestión anterior a las empresas de la defensa y que ya no están. Nos están faltando. Por ejemplo, 17 aviones, que son cuatro Pampas, tres Pucarás y diez IA-100 (entrenador básico) para los que el Ministerio de Defensa transfirió los fondos y hoy no se encuentran".

La descripción apuntó a mostrar que la capacidad de la planta y su personal no es el problema sino la administración de las partidas giradas para atender los contratos en marcha y cabría agregar el rol del cliente (la Fuerza Aérea).

El caso del IA-63 Pampa III es paradigmático, se había logrado un contrato plurianual para no tener que pelear año a año por los recursos, pero si se derivan a tapar otros agujeros, por caso haberes del personal o deudas de otros contratos, se limita la cadencia de producción llegando al inaceptable promedio de dos/tres aeronaves al año.

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