El 2024 político no se tomó respiro ni siquiera con el clima navideño de un diciembre sin mayores conflictos sociales. El Gobierno, que sigue mostrando números positivos en la baja de la inflación, se encontró de golpe con la necesidad de despegarse del senador Edgardo Kueider, aliado incondicional de La Libertad Avanza (LLA) en 2024, ante un escándalo que nadie sabe hasta dónde puede salpicar. Al mismo tiempo, la alianza con el PRO para los comicios de medio término empieza a tambalear y deja nuevos interrogantes, no solo en términos electorales, sino también de sostén parlamentario.
Milei, con nuevos desafíos: entre la encerrona Kueider y el hartazgo del PRO
Dentro de La Libertad Avanza, cualquier excusa sirve para marcar diferencias. La alianza con el PRO pide nuevas reglas.
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El caso Kueider atraviesa todos los ejes. La sesión del Senado que determinó su expulsión del cuerpo cayó en torpezas reglamentarias que recalentaron la interna entre Milei y su vice Victoria Villarruel. En ambas esquinas del cuadrilátero rechazan que se tratara de una picardía para dar por inválida la sesión y sostener un voto clave para el oficialismo en la cámara alta. En primer lugar, porque los constitucionalistas que se expresaron invalidan esa opción. Fue, por sobre todas las cosas, impericia y falta de comunicación entre la Casa Rosada y el Congreso.
Lo que queda claro es que cualquier excusa sirve para marcar diferencias. En el Gobierno no dudaron en filtrar los chats del aviso del viaje del Presidente a Italia, si bien el valor de un mensaje de WhatsApp tiene dudoso valor institucional. Hasta dónde llegará la voluntad de Villarruel de sostener al Gobierno en el Senado, es una de las preguntas que flotan de cara a 2025. En el entorno de la vice suelen bajarle el tono a las peleas, que son a cielo abierto pero que nunca se trasladaron, hasta acá, al plano institucional.
La sesión del jueves, además, fue la única victoria parlamentaria de Unión por la Patria (UP) en todo 2024. Jamás pudo hacer pesar el número de legisladores, bloque mayoritario en ambas cámaras, en parte por la habilidad de LLA de lograr que el kirchnerismo siga siendo la línea divisoria para el resto de los partidos de la oposición.
Ahora, UP corrió esa línea, y sumó 60 voluntades en una cámara de 72 miembros. En las sesiones ordinarias de 2025 tendrá un voto más, ya que Kueider será reemplazado por la camporista entrerriana Stefanía Cora. El interbloque pasará a tener 34 miembros, a tres de la mayoría necesaria para aprobar (o bloquear) cualquier proyecto, número al que podría llegar con aliados.
Alianza en crisis
Ese jueves, se dieron casi en simultáneo dos gotas que parecieron rebalsar el vaso de la paciencia del PRO de Mauricio Macri. La sesión del Senado que dejó a los amarillos en off side por el imprevisto achique de LLA segundos antes de la votación, y el debate del Presupuesto porteño 2025 en la Legislatura de la Ciudad.
En el primer caso, tras ir de la mano en la postura de la suspensión (no expulsión), LLA se dio vuelta sobre la hora y acompañó cuando la derrota era irreversible la posición de UP, para no quedar expuesto el oficialismo en una potencial protección de Kueider. Así, cuatro de los cinco votos en contra de la expulsión llegaron desde filas amarillas.
“Defendiendo los valores de la República, lo de ayer en el Senado fue un papelón. El debido proceso es el que decidió el PRO: suspenderlo sin goce de sueldo, desaforarlo y que vaya a la justicia”, expresó Macri en la reunión partidaria realizada en el Abasto. “Se saltearon todos los procesos, una manera obvia de salvarse todos aquellos que tienen el culo sucio, tirando a uno por la ventana así las fieras se calman”, agregó, poniendo al oficialismo en la vereda de quienes tendrían “el culo sucio”. El enojo del expresidente se acumula por la falta de voluntad de Milei de apoyar el proyecto de Ficha Limpia, iniciativa del PRO.
En paralelo, la Legislatura debatía el Presupuesto de Jorge Macri. Y pese a que el PRO fue vital para la aprobación de la ley Bases y sostener los vetos de Milei, el bloque porteño que lidera Pilar Ramírez (el oficial de LLA, avalado por Karina) votó en contra de la pauta de gastos elaborada por el jefe de Gobierno porteño. Este, no obstante, estiró la sesión en la que también se trataron proyectos como la Ficha Limpia local, el Código Urbanístico o el boleto universitario, para tener margen de negociación. Finalmente, tras aceptar una serie de cambios, logró conseguir los votos de los libertarios “no oficiales”, como Ramiro Marra o Yamil Santoro, que no responden a la jefatura de Karina Milei. Tensaron pero no rompieron, al punto de tener dos discursos preparados: uno por si las negociaciones llegaban a buen puerto, y otro por si se caía el acuerdo. Finalmente, leyeron el primero.
Desde ya, el proceso mostró que Jorge Macri tuvo voluntad de negociar el Presupuesto, a diferencia de Javier Milei en Nación, que prefirió desoír los reclamos de los gobernadores y apostar por una inédita discrecionalidad en el manejo de fondos, al ir por la prórroga por segundo año consecutivo de la pauta de gastos 2023, un dibujo insostenible a juzgar por las necesidades de 2025. Esa diferencia abona los argumentos institucionalistas que viene esgrimiendo Mauricio Macri, en relación al desafío de recuperar la confianza de inversores. Aunque, más allá de la retórica republicana, en lo político algo se terminó de romper con ambos episodios simultáneos.
Para el PRO, había un código implícito, y era que LLA no se le metiera a rayarle los muebles en su casa. Es decir, la Ciudad de Buenos Aires. Javier Milei tiene a la ciudad en la mira. Incluso, antes de lanzar su candidatura presidencial, había pensado en el paso intermedio de la jefatura de Gobierno. Fue un ex asesor, de aquellos originales que cayeron en desgracia tras la victoria, quien lo convenció de que “en este país es más fácil ser Presidente que jefe de Gobierno porteño”, en relación a las murallas amarillas que rodean al distrito más rico del país.
El hartazgo llevó a Mauricio Macri a deslizar que en 2025 el PRO irá con candidatos propios, incluso a riesgo de derrota. El expresidente quizás no pueda ganar, pero podrá mostrar su poder de fuego, como ha hecho en otras oportunidades. Un colaborador estrecho se lo confirmó a este medio. Pero el propio Macri lo aseguró esta semana a un grupo de empresarios: “El PRO va a ir con una propuesta propia para su electorado”, dijo, y agregó que hace dos meses que no tiene diálogo con Milei.
“Difícil que Mauricio juegue él, no creo que tenga ganas”, señaló un dirigente de la primera línea amarilla ante la consulta de una posible pulseada en la Ciudad entre el propio Mauricio Macri contra Patricia Bullrich o Karina Milei, si se cumplieran los sueños libertarios. Suena por el PRO como candidata en el distrito, que renueva senadores, María Eugenia Vidal. Del gabinete de Jorge Macri, los más instalados son los ministros de Salud Fernán Quirós y de Seguridad Waldo Wolff.
Mauricio Macri también recitó a los hombres de negocios parte del discurso que repitió en el Hotel Abasto ante los suyos: “La estabilidad económica es la base, pero para que haya crecimiento hay que reforzar el plano institucional. Sin fortalecimiento de las instituciones no va a venir nadie a enterrar dólares por 10 años”.
En esa cumbre del PRO del viernes, hubo críticas al destrato de Milei al PRO, y si bien pidió a los dirigentes “que junten energías porque vamos a prepararnos para hacerle una oferta electoral interesante en todo el país”, quedan resonando otras frases, ligadas al apoyo dado hasta acá.
“En la historia no hay un partido opositor que haya hecho tanto por un oficialismo como el PRO este año”, expresó y aseguró que sin ese apoyo el Riesgo País “estaría en dos mil puntos”. ¿Habrá sido un racconto de lo ocurrido en 2024 o un presagio para 2025?
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