Hay funcionarios a los que, como simple ciudadano, uno no puede sino agradecerles cuando terminan su gestión. Más cuando se sabe del sacrificio personal y el desinterés con el que ejercieron su cargo, al existir algún tipo de relación personal con ellos En esto puedo nombrar personas de prácticamente todos los tientes políticos, sin ir más lejos Gabriel Rubinstein y ahora Diana Mondino.
Un hasta luego a Diana Mondino
A principios de junio publique una nota advirtiendo de las dificultades que enfrentaba Diana Mondino dentro del gobierno, que a la larga o a la corta derivarían en su desplazamiento. Duró mas de lo que muchos pensábamos, lo que habla de su inteligencia y gestión al frente de la Cancillería. Ahora, llegó el momento del hasta luego.
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Desconcierto en el Palacio San Martín tras la eyección de Mondino de la Cancillería
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Repercusiones del despido de Diana Mondino, entre las críticas y el silencio
Desde ya que siempre queda algo o mucho para reclamarles -en mayor o menor medida todos fueron afectados por el hubris del poder público-, pero esto no es algo para cuestionarles cuando “muerden el polvo” y quienes antes los endiosaban hoy los sitúan en la Judeca -el noveno anillo del infierno, según Dante-, donde son castigados los que traicionaron a sus amos y benefactores, completamente inmersos en el hielo.
Si alguna enseñanza nos dejó Julio Ramos, el fundador de Ámbito y que ha hecho a este medio diferente de los demás es que: “Aquí no se hace leña del árbol caído”.
Atrás fueron dejando los hermanos Milei a Carlos Rodríguez, Emilio Ocampo, Fernando Cerimedo, Guillermo Ferraro, Eugenio Casielles, Nicola Posse, Miguel Russo, Diana y muchas de las mentes mas brillantes que acompañaron desde un principio y catapultaron al presidente a donde está hoy.
En Oráculo Manual y Arte de Prudencia, que debiera ser de lectura obligatoria para todos los funcionarios, el jesuita Baltasar Gracia advertía en 1647 de la necesidad de “saber jugar de la verdad” “usar de la necedad” y “contradecir” (máximas 201, 240 y 213). Si hoy ninguno de ellos acompaña al gobierno, es en definitiva por una mezcla de su falta de obsecuencia y su error de no saber cómo dirigirse al soberano (“estar en opinión de dar gusto”, máxima 32).
Con este desplazamiento el gobierno no solo pierde el último de los referentes que le daban un sustento académico “libertario” (si bien es un liberal pragmático, cuesta definir a Federico Sturzenegger -que ahora queda solo en lo ideológico- como “libertario”), sino lo que es realmente más importante, se queda sin funcionarios de primeras línea capaces de reemplazar a Luis “Toto” Caputo cuando este de por terminada su tarea y de un paso al costado.
La “echada” de Mondino (de “doble nacionalidad”: cordobesa y argentina -un chiste-, su némesis es israelí y argentino), posiblemente no afecte la actual fiesta financiera que estamos viviendo, pero sin duda afecta la calidad institucional del partido gobernante.
En la máxima 176 Gracián advierte que hay que “saber, o escuchar a quien sabe”. Hoy Milei cuenta con menos gente que sabe.
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