Un verano tranquilo. Inusualmente tranquilo. Apenas sacudido por la novela del PRO y La Libertad Avanza y un puñado de garrochazos. Color para el calor estival. Luego, las reuniones del Gobierno con legisladores dialoguistas abrieron de manera formal la temporada política. Entrenamientos libres, en la jerga automovilística, que dieron lugar, luego, a la serie de clasificación: la primera votación en Diputados, que reflejó la grilla en la que largan en este 2025 electoral cada uno de los partidos.
Una votación que reflejó la grilla de largada de la política criolla
El recinto de Diputados fue un síntoma de la fragmentación opositora. El oficialismo larga en la pole position: retiene aliados y abraza a gobernadores.
-
Diputados toma partido por la salud tras la salida de la OMS y la "reestructuración" ministerial
-
La DAIA celebró la media sanción en Diputados al juicio en ausencia
La aprobación en la Cámara Baja de la suspensión de las PASO mostró una dinámica similar para el oficialismo, que no ahorra en pragmatismo a la hora de partir a la oposición y seducir gobernadores que, a priori, pertenecen a otra esfera. La Libertad Avanza termina consiguiendo lo que se propone. Como en la Ley Bases, con un objetivo de máxima (la eliminación de las primarias, en este caso) que luego se recalcula a uno más modesto (la suspensión por única vez).
Pole position
La Libertad Avanza consiguió la pole position, es decir, arrancar en el primer lugar. Si la bandera a cuadros se bajará el día de las elecciones, cuando lleguen los telegramas al correo desde los centros de votación, el oficialismo empieza con más chances de ganar. Por supuesto, la carrera es larga, y hay rivales, errores no forzados, condiciones climáticas, decisiones estratégicas, demoras en boxes.
Javier Milei sostuvo a sus aliados. Radicales que le pusieron fijador a la peluca, el satélite del MID y, sobre todo, las voluntades del PRO que, pese a los intentos de LLA de vaciarlo de dirigentes, a la hora de los bifes sigue acompañando al Presidente. Se reserva el partido de Mauricio Macri su potencial poder de daño, tal vez su principal capital en este momento.
Pero, además, pese a que el desinterés por tener Presupuesto limita de certezas en especial a las provincias, los gobernadores volvieron al pie. Con jefaturas en duda, cada cual atiende su juego, con ventanilla abierta en la Casa Rosada. Fueron claves para darle holgura a la votación el cordobés Martín Llaryora, el catamarqueño Raúl Jalil y, de forma más sorpresiva, el santiagueño Gerardo Zamora, quien “no está tan lejos del Gobierno como parece”, como indicaban en Balcarce 50 respecto a un aliado estable de Unión por la Patria (UP). Santiago del Estero es una de las dos provincias que este año elegirá gobernador (la otra es Corrientes), y Zamora apunta a blindar el distrito para la continuidad de su Frente Cívico.
Mientras se destrababa el dictamen de comisión para que el texto llegara al recinto, la Jefatura de Gabinete que comanda Guillermo Francos posteaba un encuentro con mandatarios provinciales. Entre ellos, otros dialoguistas: el salteño Gustavo Sáenz, el tucumano Osvaldo Jaldo, el jujeño Carlos Sadir o el misionero Hugo Passalacqua. Una primera lectura: no es novedad que los gobernadores negocien en la Casa Rosada con avales en el Congreso como moneda de cambio. Pero para un Gobierno sin mandatarios propios y que además no duda en hacerles sentir el rigor, el test se renueva, en general con resultado favorable.
Asimismo, Francos marcó el territorio. No es ajeno a lo que ocurre en el Congreso y sigue siendo una de las espadas de Milei, en un Gobierno no exento de internas.
PJ: internas y fragmentación
La gran novedad respecto al 2024 llegó en el principal espacio opositor. Convertido en un partido parlamentario, el peronismo hasta acá había tenido cohesión en el recinto, un punto no menor tras la dura derrota electoral de 2023. Ahora, en la primera votación del año, hubo una fragmentación: votos positivos, negativos, ausentes, abstenciones.
Se podrá alegar que hay posiciones encontradas dentro del PJ respecto a las primarias. Incluso, que al kirchnerismo le viene bien la suspensión. Para qué dirimir en las urnas lo que se puede resolver con la lapicera en manos de Cristina. En esto, más allá de declaraciones principistas, todos cierran de acuerdo a conveniencia coyuntural. Incluso el Gobierno, más allá del argumento del gasto innecesario del acto electoral, se beneficia si el cierre queda en el puño de Milei y de su hermana Karina. Quizás, en otra instancia futura, podrá decir que no importa gastar si se beneficia la democracia. Vaivenes de castas.
Sin desvíos, la escudería del PJ necesita un orden que no le parece haber dado Cristina desde la presidencia del partido. De proyectarse la división en la votación de sus diputados a las etapas del año electoral, los augurios son malos. Los mismos gobernadores que no participaron de su asunción en el partido, que permanecen en un expresivo silencio desde hace meses, se manejaron ahora con autonomía. Inclusive, hubo respetuosos conatos de rebelión, como el del senador Marcelo Lewandowski, que rechazó ponerse al frente del peronismo santafesino.
Quienes se entusiasman, o entusiasmaban, con el liderazgo de Axel Kicillof como agrupador del PJ no K también creen que la suspensión de las PASO le da aire al gobernador bonaerense para desdoblar los comicios locales, una afrenta al kirchnerismo, que pide nacionalizar la campaña provincial. Los casos de inseguridad, que desde La Plata intentaron contrarrestar con la frialdad de las estadísticas, le agregaron presión y llevaron a la suspensión del acto político previsto para Mar del Plata. Recibe Kicillof los dardos de propios y ajenos.
Asimismo, pesa la situación en cada provincia. Siempre es bueno recordar que en rigor no es una elección, sino veinticuatro. No es lo mismo Santa Fe, donde el PJ está atomizado al extremo y las PASO pueden ser un ordenador para evitar una diáspora, que La Pampa o La Rioja, donde los gobernadores prefieren tener el control de lo que ocurre en sus pagos.
Un crisol. Aspiraciones, rupturas, conveniencias, enconos que dejan terreno fértil para La Libertad Avanza.
Amarillos y boinas blanca, en aprietos
El PRO se mantuvo cerca del oficialismo, tal como cerró el 2024. Un aval parlamentario que es, antes que nada, una carta de intenciones. Por supuesto que en el sello amarillo conviven alfiles de Patricia Bullrich, que en rigor son más violetas, y los que responden a Mauricio Macri. Una convivencia difícil si se tiene en cuenta que la ministra de Seguridad encabeza el operativo seducción para firmar los pases del PRO a LLA.
Había comenzado de forma agresiva, con la firma de los intendentes Diego Valenzuela, de Tres de Febrero, y Ramiro Egüen, de 25 de Mayo. Este sábado sumó la tercera ficha, aunque de menos peso simbólico: Fernanda Astorino, de Capitán Sarmiento.
Los libertarios apuraron el fichaje, antes de la cumbre bonaerense del PRO, pautada para el 17 de febrero, que espera ser un dique de contención, y tras el anuncio de que Diego Santilli y María Eugenia Vidal se suman al equipo del alcalde porteño Jorge Macri, quien aglutina al PRO puro. El partido de Macri es también un polvorín, y resta ver si los favores en el plano parlamentario se traducen en una alianza electoral.
La postal del radicalismo es otro síntoma. Los dos bloques que se dividieron en 2024 (sin contar al monobloque de Mario Barletta, quien se ausentó al momento de votar) también tuvieron internamente posiciones distintas en el tablero. El espacio oficial, amigable y mayoritario, avaló la suspensión de las PASO en gran número, pero también tuvo abstenciones y votos negativos. Buscó ese radicalismo hace transpirar al Gobierno cuando buscaba el dictamen, pero las firmas que le retaceaban los boinas blanca las consiguió Milei de la mano de gobernadores cercanos al peronismo.
Democracia para siempre, de perfil opositor, terminó aprobando, pero igualmente contó con abstenciones y ausencias. La interna del radicalismo se expresó en el Congreso. Si bien hubo en el final un mayor número de diputados que se inclinaron por la suspensión de las PASO, en el debate quedaron claras las diferencias.
Si al momento de votar hubo ciertas coincidencias, también es por una cuestión práctica: saben quienes intentan construir un camino del medio que entre las primarias y las generales la sociedad tiende a polarizarse. Y, por ende, inclinarse hacia un voto útil que los castiga. Todo parece indicar que la UCR y los federales (menos orgánicos, como siempre) abonarán esa huella.
Dejá tu comentario