La megaestafa inmobiliaria que involucra a varios miembros de la familia L´abatte y su constructora Induplack tiene un nuevo capítulo. Una fuente del caso aseguró que esta maniobra es la más grande en la actualidad en la justicia nacional.
Megaestafa inmobiliaria: se sumaron 100 nuevas denuncias y la fiscalía pide ampliar la indagatoria
Ya hay al menos 300 damnificados que invirtieron en propiedades que no se construyeron o que se vendieron hasta 6 veces.
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El edificio de Acuña de Figueroa que nunca se terminó.
Desde la semana pasada hasta ahora, se sumaron 100 nuevas denuncias en la cámara, lo que indica que ya habría al menos 300 damnificados que compraron departamentos en pozo y nunca se terminaron o bien nunca escrituraron. Sumado a ello, la telaraña de esta operación evidencia cada vez más casos de personas a las que se les vendió el mismo departamento. Algunos inmuebles se vendieron hasta 6 veces.
Ahora, la fiscal Mónica Cuñarro de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nº16 de la Ciudad de Buenos Aires, quien está a cargo de la investigación, pidió ampliar la indagatoria de Vito, Emanuel, Juan Ignacio, Santiago L´Abatte y Patricio Flores a quienes se los imputa en carácter de representantes legales de Induplack Fiduciaria S.A de haber integrado al menos desde 2012 hasta la actualidad una organización criminal de manera estable, cuya finalidad era desplegar conductas delictivas orientadas a defraudaciones a diversos compradores de departamentos. El 8 de abril se dictó el procesamiento con prisión preventiva del clan L Abatte y Flores por considerarlos coautores del delito de asociación ilícita en concurso real con estafas reiteras. También se pidió ampliar la indagatoria a Gabriel y Pablo Brodsky, de Predial propiedades.
El inmenso engaño inmobiliario
Según el pedido de ampliación indagatoria, los compradores suscribían el boleto de compraventa de unidades funcionales, donde se establecía fecha de finalización de obra y del otorgamiento de la escritura traslativa de dominio y, de esta manera la fiduciaria Induplack S.A obtenía un plus o ganancia como desarrollador inmobiliario para continuar financiando el proyecto.
Una vez firmado el boleto de compraventa, los compradores/damnificados comenzaban a pagar las cuotas. Esos aportes, que se ponían a disposición de la fiduciaria, debían ser destinados a la financiación y conclusión de las obras integrantes de los diferentes encargos fiduciarios. Sin embargo, cuando se cumplía el plazo para la entrega y escrituración, en algunos casos las obras no habían concluido, otras ni siquiera habían comenzado, seguían en pozo y en otros casos, restaban los trámites registrales para su escrituración.
De esta manera, Induplack Fiduciaria S.A se aseguraba el financiamiento de las obras con las “preventas” atrayendo a los compradores quienes utilizaban sus ahorros para aprovechar un menor precio y en cuotas pesificadas de un emprendimiento que eran proyectos inmobiliarios. A cambio de ello, la fiduciaria obtenía los fondos suficientes como para cubrir el costo de la construcción y, a medida que avanzaba iban incorporando nuevos adquirentes. No obstante ello, desviaron en su propio beneficio y/o de terceros, perjudicando los derechos de los beneficiarios, que no pudieron tomar posesión ni escriturar en término las unidades funcionales que compraron.
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