30 de enero 2025 - 12:39

Kimberly-Clark y su apuesta por la sustentabilidad: innovación, impacto social y economía circular

Con un fuerte compromiso ambiental y social, la empresa avanza en su plan de reducción de huella de carbono con metas ambiciosas para 2030.

José Toledo, gerente de Sostenibilidad de Kimberly-Clark para América Latina.

José Toledo, gerente de Sostenibilidad de Kimberly-Clark para América Latina.

"Queríamos encontrar un mensaje que reflejara nuestro compromiso con la sostenibilidad y así nació nuestro mantra" Azules por naturaleza, verdes por elección". Esto significa que nuestra historia y esencia están ligadas al agua y la naturaleza, pero elegimos conscientemente la sustentabilidad en cada decisión que tomamos", explica en diálogo con Ámbito, José Toledo, gerente de Sostenibilidad de Kimberly-Clark para América Latina. Esta estrategia define tres pilares fundamentales: gobernanza responsable, protección ambiental e impacto social, y busca transformar la manera en que la empresa opera y se vincula con sus comunidades.

Kimberly-Clark asumió la sostenibilidad como un eje transversal en su estrategia de negocios en América Latina. Desde la gestión eficiente de los recursos naturales hasta el desarrollo de programas sociales de impacto, la compañía avanza con paso firme hacia su objetivo de reducir en un 50% su huella hídrica y de carbono para 2030.

José Toledo destaca: “En un contexto donde la sostenibilidad es una demanda de consumidores, inversores y gobiernos, integrar los principios ESG (que significa por sus siglas en inglés Ambiental, Social y Gobernanza) en nuestras operaciones no solo es una exigencia regulatoria, sino una oportunidad para fomentar el crecimiento sostenible y generar valor a largo plazo”.

En este marco, uno de los pilares fundamentales de la estrategia de la compañía es la economía circular. La empresa ya logró que el 100% de sus plantas en América Latina sean cero residuos a vertederos y redujo el uso de plástico en sus empaques, con la meta de alcanzar un 70% de contenido reciclado en los próximos años. Además, su planta productora de WypAll, ubicada en Colombia, recibió la certificación Zero Waste to Landfill (Cero residuos a vertederos) por parte de SGS, convirtiéndose en la primera en la región en recibir este reconocimiento.

“La sostenibilidad está presente en cada paso de nuestra cadena de valor. No basta con fabricar productos reciclables; tenemos que garantizar que el proceso de producción y distribución sea lo más eficiente y responsable posible”, afirma Toledo. En este sentido, la compañía ha trabajado en la optimización del uso del agua, logrando una reducción de entre el 29% y el 35% en sus plantas de producción en América Latina. “El agua es un recurso clave para nuestra industria, y nuestro objetivo es minimizar su consumo con tecnologías de recirculación que permitan reutilizar hasta un 76% del agua en nuestras operaciones”, agrega.

Impacto social

Toledo subraya que la sustentabilidad no es solo una cuestión ambiental, sino también de impacto social. En este sentido, la empresa reforzó su compromiso con la comunidad a través de iniciativas como “Baños Cambian Vidas”, un programa que ya benefició a millones de personas en la región mediante la construcción de baños y educación en higiene. “Sabemos que el acceso al saneamiento es clave para mejorar la calidad de vida. Este programa nos permite generar un impacto real y duradero en las comunidades más vulnerables”, afirma el ejecutivo.

En Argentina, Kimberly-Clark colabora con la Fundación Sí, donde ha donado más de 2,5 millones de metros de papel higiénico Scott, cubriendo el consumo anual de las 26 residencias que alojan a más de 900 estudiantes. Además, se han llevado a cabo jornadas de voluntariado corporativo para apoyar el crecimiento de los programas educativos de la organización. “Esta alianza nos permite liberar recursos para que la fundación pueda expandir sus programas educativos y brindar un apoyo integral a los jóvenes estudiantes”, señala Toledo.

Otro ejemplo de su compromiso es La Usina, un espacio de co-creación con clientes, proveedores y colaboradores de la empresa, relanzado en Argentina para fortalecer la generación de valor compartido. Este centro promueve soluciones innovadoras en sostenibilidad, limpieza e higiene, buscando convertir espacios en entornos más seguros y sustentables.

Toledo también remarca que la sostenibilidad no solo debe estar impulsada por regulaciones externas, sino que debe convertirse en un compromiso interno de cada compañía. “Nuestro enfoque va más allá de cumplir con normativas. Creemos en la necesidad de generar un impacto positivo a largo plazo y transformar la manera en que operamos”, explica.

La educación y la concientización también forman parte del compromiso de la compañía. Kimberly-Clark busca impulsar el cambio de mentalidad desde las aulas hasta los espacios de trabajo, promoviendo la formación de futuros profesionales con conciencia ambiental y social. “Todos, desde un ingeniero hasta un artista, deben incorporar la sostenibilidad en su profesión”, enfatiza Toledo

Lo cierto es que América Latina es una región clave en la estrategia de Kimberly-Clark, no solo por su potencial crecimiento, sino por la importancia de su biodiversidad. La región alberga cerca del 50% de la biodiversidad mundial y un tercio de los recursos globales de agua dulce, lo que hace indispensable un enfoque que proteja los ecosistemas y garantice el acceso responsable a los recursos naturales.

En línea con esto, el compromiso de la empresa no solo busca minimizar el impacto ambiental de sus operaciones, sino también generar un cambio estructural en la manera en que la industria y la sociedad conciben el desarrollo sostenible. “La sustentabilidad no es un área separada del negocio, es el negocio en sí mismo”, concluye Toledo.

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