Brasil aprobó la compra de Minerva a Marfrig, ¿qué ocurre con el negocio en Uruguay?

El gobierno de Lula da Silva validó la operación, que incluye tres plantas en el país cuya adquisición parece lejana.

La operación Minerva-Marfrig fue autorizada en Brasil, pero sigue pendiente en Uruguay.

El gobierno de Brasil aprobó la compra de Minerva Foods sobre 16 plantas de Marfrig, entre las que se encuentran tres frigoríficos de Uruguay, donde el gigante brasileño recibió un revés de Defensa de la Competencia y busca revertir esa decisión mediante una apelación.

Luego de señales positivas en el país vecino, el Consejo Administrativo de Defensa Económica (Cade) de Brasil se manifestó a favor del acuerdo por unos 1.360 millones de dólares para que se materialice la operación entre las empresas brasileñas, que involucra a plantas en diferentes países de la región.

Pese a la validación, el organismo antimonopolio impidió que Minerva se quede con la planta de Pirenópolis de Marfrig, ya que tendría que venderla para evitar “una concentración excesiva” y que el acuerdo se concrete, informó Reuters.

¿Qué ocurre con la adquisición de tres plantas en Uruguay?

La operación Minerva-Marfrig incluye tres plantas en Uruguay como el frigorífico Colonia, el frigorífico La Caballada (Salto) y el frigorífico Inaler (San José), además de 11 en Brasil, una en Argentina y otra en Chile.

Sin embargo, la adquisición se encuentra estancada en el país, luego de que la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia (Coprodec), dependiente del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), desactive en mayo la compra aludiendo a conceptos como “posición dominante” y “mercado altamente concentrado”, ya que alcanzaría al 43% de la faena de ganado bovino del país.

Sin embargo, Minerva recurrió la decisión formalmente y hay tiempo hasta finales de noviembre para que el gobierno ratifique o rectifique la resolución, que fue ampliamente celebrada por el agro local, desde donde cuestionaban la eventual distorsión del mercado ganadero.

La firma del país vecino considera que la decisión de la Coprodec está basada en “efectos hipotéticos y meras suposiciones”, al sostener que “no hay pruebas de que se produzcan impactos competitivos”.