Déficit fiscal y bajo crecimiento, dos grandes desafíos que Gabriel Oddone enfrentará a cargo del MEF

El economista se ha comprometido a mantener la sostenibilidad fiscal en el gobierno de Yamandú Orsi.

Gabriel Oddone estará acompañado por Martín Vallcorba en el MEF.

Foto: Equipo Yamandú Orsi

A diferencia de la mayoría de sus compañeros de gabinete, Gabriel Oddone ha tenido tiempo para preparar las primeras líneas de acción al frente del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

El economista fue presentado a fines de setiembre en medio de los cruces entre el Frente Amplio (FA) y el Partido Nacional (PN) por el futuro rumbo económico del Uruguay como el candidato a relevar a Azucena Arbeleche frente a una de las principales carteras del Ejecutivo.

Oddone, que planeaba rodearse de un equipo técnico de expertos sub-40, estará secundado en el MEF por Martín Vallcorba, referente económico del FA.

Su llegada al grupo que rodea al presidente electo, Yamandú Orsi, se forjó precisamente de las buenas relaciones que el exintendente de Canelones supo cultivar en los últimos años gracias a su talante moderado. En esa moderación es que ambos se interpelaron, pese a la molestia de sectores más radicales del partido, que no ocultaron el malestar y cuestionaron públicamente la elección.

Cuando finalmente Oddone asuma como ministro de Economía y Finanzas el 1 de marzo, lo hará con varias batallas políticas en su haber, como la que protagonizó con el mismísimo Fernando Pereira, presidente del FA, por la indexación de salarios; o las correcciones sobre los dichos de Alejandro Sánchez, en la campaña electoral, respecto al lucro de las AFAP. Hoy el senador el MPP es el designado secretario de la Presidencia.

En la arena económica, su mundo de expertise, Oddone enfrentará dos grandes desafíos que, no obstante, no son los únicos de una agenda que el gobierno entrante priorizará. El déficit fiscal, que se mantiene elevado pese la regla fiscal instaurada por el Ejecutivo de Luis Lacalle Pou; y el bajo nivel de crecimiento económico, un síntoma de época a nivel regional.

La agencia calificadora Moody’s estima para el Uruguay un crecimiento promedio del 2,8% del PBI entre 2024 y 2026, en un contexto de restricción del gasto ante un déficit que no logró reducirse de forma considerable respecto a 2019.

En la misma línea, Fitch señaló que “el crecimiento mediocre es otro desafío” y apuntó contra la falta de anuncios sobre “reformas importantes para abordar los altos costos de producción, la baja apertura comercial y otros problemas que frenan la inversión”, por lo que estimó el crecimiento a mediano plazo en alrededor del 2%.

Oddone ha sido enfático en que “el crecimiento es clave para financiar nuestro modelo de convivencia porque nuestra materia de protección social tiene que ser extendida y tiene que ser rediseñada en muchos sentidos”. Para ello ha propuesto revisar esquemas de transferencias, no reduciéndolas sino redireccionándolas. “Supone revisar subsidios dirigidos para mantener a las personas cerca del sistema educativo, subsidiar empleo, fortalecer las jubilaciones más pequeñas y una política salarial activa para proteger los salarios más bajos”, enumeró días antes del balotaje de noviembre.

Respecto al déficit fiscal, el flamante ministro de Economía comprometió que su gestión garantizará “la sostenibilidad fiscal” y ha sido muy crítico con el escenario de déficit que recibe.

“Este gobierno (de Lacalle Pou) planteó que iba a haber una reducción del déficit fiscal relevante y que iba a haber una reducción del gasto público. Eso no ocurrió. Tenemos el mismo resultado fiscal que este gobierno recibió en 2019, una deuda pública que es casi 10 puntos superiores y una presión fiscal algo mayor. O sea que, no solamente tenemos por delante todos los desafíos que cualquier gobierno de izquierda tiene, sino que tenemos los desafíos de un conjunto de circunstancias que estaban planteadas en 2019”, afirmó.

La agencia Fitch proyecta un incremento del déficit fiscal de tres décimas para 2025 desde el 3,4% del PIB de este año. Asmismo, sus analistas pronosticaron que ese escenario, sumado a la capitalización adicional de los intereses de los bonos indexados a la inflación y a los salarios, “mantendrán la relación deuda/PIB en una trayectoria ascendente de 1,7 puntos porcentuales por año desde un 66,3% relativamente alto proyectado para 2024”, por encima de la mediana de la categoría BBB, que es del 55,8%.