La empresa de inversión ganadera, Conexión Ganadera, atraviesa una compleja situación financiera que llegó hasta que gobierno y las altas autoridades del Banco Central del Uruguay (BCU) donde se cuestionan las responsabilidades, justo en medio de una transición.
Deuda millonaria, pérdida de confianza en el sector y discusión en el gobierno, las claves del conflicto de Conexión Ganadera
En medio de la transición, el gobierno electo y las autoridades del Banco Central se disputan responsabilidades.
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Conexión Ganadera reconoció una deuda por u$s 250 millones ante sus inversores
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El BCU desmintió a Alfredo Fratti y se desligó de responsabilidad por la deuda de Conexión Ganadera
La compañía se dedica a la compra y venta de ganado para inversores, mientras que Conexión Ganadera se encarga de captar inversiones de pequeños, medianos y grandes ahorristas a cambio de ofrecer una renta fija.
El martes pasado, la empresa tuvo una reunión con los inversionistas, donde participaron más de 100 personas en un encuentro que duró alrededor de 6 horas. El objetivo de la firma fue generar un intercambio de información con sus principales inversores y, a su vez, evitar que la empresa entre en concurso de acreedores. El día jueves también mantuvieron una reunión virtual con 4.000 inversionistas y las autoridades de la empresa.
Deuda millonaria y un plazo para cumplir
Durante los encuentros, las autoridades de la empresa pusieron en conocimiento a sus inversionistas de la situación financiera. Desde la firma, reconocieron que tienen pérdidas por 250 millones de dólares y admitieron que atraviesan un situación patrimonial "difícil". Por otro lado, los inversores expresaron sus críticas a los responsables de la empresa ya que en el encuentro anterior se habían comprometido a no caer en la misma situación que otras firmas como Grupo Larrarte.
"La situación que fue transmitida a los inversionistas es que hoy por hoy Conexión Ganadera está con un pasivo de 400 millones de dólares en cuanto a inversiones y dinero de inversionistas, y un activo que ronda los 150 millones de dólares, tanto en cabezas de ganado como en créditos a cobrar", comentó el abogado de los inversionistas, Sebastián Dotta.
Al finalizar la reunión se llegó a la conclusión entre los inversionistas y la empresa de no caer en concurso de acreedores y poder negociar un acuerdo privado. Por otro lado, desde la firma pidieron un "compás de espera" de 60 días sin hacer denuncias penales.
La crítica del gobierno electo
El futuro ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Alfredo Fratti, opinó en dos oportunidades sobre la situación de Conexión Ganadera. A principios de la semana pasada, y calificó la situación como “un desastre” en el que el BCU y el Parlamento tienen responsabilidad.
“El Banco Central estuvo omiso en esto. Capaz tampoco los legisladores no sé si no estuvimos omisos. Con este sonsonete de 'no te metas, en negocios entre privados no te metas', capaz que terminó incidiendo", consideró. "Creo que, de futuro y para que el ahorro nacional en vez de irse se pueda aplicar en cuestiones que tengan que ver con la producción, tiene que haber determinadas garantías, cosas que en estos fondos, lamentablemente, no lo hubo", añadió.
En ese sentido, cuestionó las rentabilidades que prometía la empresa. “No conocí rentabilidad del 8 o el 10% en el sector agropecuario. Eso tendría que haber llamado la atención de las autoridades del banco”, comentó.
El BCU se desmarca de la situación
Ante la crítica de Fratti, el BCU emitió un comunicado donde establece que desde el año 2018 se realizaron 11 actuaciones en empresas que ofrecen inversiones ganaderas, a efectos de "verificar que las inversiones fueran efectivamente un contrato ganadero y no un depósito, préstamo individual, fondo de inversión u oferta pública de valores (instrumentos financieros) sin el debido registro del valor y su emisor".
"Las 11 actuaciones del Banco Central referidas implicaron que las empresas debieron presentar toda su información societaria y contable, listados de clientes, copias de contratos tipo y además, información completa de una muestra de clientes y sus contratos efectivamente firmados", continúa el texto.
En ese sentido, el BCU señala que tras analizar la documentación proporcionada por las distintas empresas, en los casos que no era seguro que se estaba ante una inversión en ganado, sino que se asimilaba a un llamamiento general e impersonal para la realización de una inversión financiera, "se instruyó a las empresas a que se abstuvieran de realizar publicidad llamando a inversores" y que "como consecuencia de las medidas adoptadas, algunas de estas empresas modificaron su negocio y volvieron a presentar nuevos contratos, salvando las observaciones formuladas por la Superintendencia de Servicios Financieros (SSF)".
"Las empresas dedicadas exclusivamente a la cría y engorde de ganado o a la capitalización ganadera, y que no registran incumplimientos como los referidos en los párrafos precedentes, no están reguladas ni supervisadas por el Banco Central, de acuerdo con lo establecido por el artículo 34 del texto ordenado de su Carta Orgánica, ya que la naturaleza de su actividad no es de carácter financiero, sino productivo", prosigue la misiva.
¿Pérdida de confianza en el sector?
Además de la situación de Conexión Ganadera, el sector también enfrenta otros problemas: República Ganadera entró en concurso de acreedores en noviembre del año pasado y semanas atrás se conoció que el 80% de los inversores tienen apenas entre el 1% y el 30% del ganado que les correspondería por contrato.
A eso se suma Grupo Larrarte, cuyos dueños son investigados por presunta estafa y otros ilícitos, mientras afrontan dificultades para pagarles a sus clientes desde marzo de 2024.
En ese sentido, el futuro líder del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) lo comparó con “corridas bancarias” y anticipó: “Esto nos va a traer problemas en que la gente vuelva a creer en el sector agropecuario como un lugar seguro de inversión".
Si bien admitió que “la idea está muy buena”, porque persigue la idea de “que el ahorro de los uruguayos se pueda canalizar en la producción nacional”, el futuro titular del MGAP alertó: “El tema es que el que se quema con leche, ve la vaca y llora”.
“Lo que me da más lástima es la gente que invirtió y se ve defraudada. Seguramente va a ser muy difícil que vuelvan a invertir en el sector agropecuario”, lamentó.
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