Las operaciones del gigante mundial de la celulosa, UPM, tienen un efecto directo y comprobado sobre diferentes ecosistemas del Uruguay, muestran varios estudios, los cuales muchas veces son opacados por el efecto económico que tiene esa actividad industrial en el país.
El costo ambiental de UPM: hidrofobia, uso excesivo del agua y contaminación
Las operaciones de la empresa finlandesa de celulosa afectan los ecosistemas locales. Preocupa un laxo control estatal.
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UPM 2, ubicada en Pueblo Centenario y responsable del vertido de un millón de litros de agua con componentes de soda caústica al arroyo Sauce, arroja sus efluentes al Río Negro y, desde allí, los mismos llegarán hasta el Rio Uruguay, ya afectado por la contaminación proveniente de UPM Fray Bentos (ex Botnia), afectando la zona de pesquería.
El daño de los desechos que la compañía finlandesa arroja al río –ampliamente denunciado por las ciudades costeras del margen argentino- ya ha provocado afectación en los peces que lo habitan.
De acuerdo a un estudio del grupo de investigación Latitud, los peces expuestos al efluente de UPM Fray Bentos producen la mitad de huevos que lo habitual. Además, los peces macho capturados río abajo de la planta de celulosa tenían atrofia testicular.
Pero los efectos de las operaciones de UPM no solo afectan a las especies nativas, garantía de un ecosistema saludable. También son clave en profundizar una problemática que padece el Uruguay, que tiene que ver con el agua, su disponibilidad y calidad.
UPM 2, la mayor planta de celulosa del mundo, extrae diariamente 129 millones de litros de agua de Río Negro. El año pasado, en medio de la crisis hídrica y cuando el área metropolitana del país no poseía agua potable, las plantas de celulosa no sufrieron ninguna afectación en el suministro de agua.
A ello se suma una nueva alerta: el declarado estado de hidrofobia en los suelos como consecuencia de la excesiva plantación de pinos y eucaliptus para abastecer como materia prima a las dos plantas de la compañía finlandesa.
“Este hecho condiciona, por la acumulación de compuestos orgánicos la no penetración de agua de lluvias a las napas, provocando sequias de las mismas y falta de pasturas para la producción agropecuaria, y el aumento de la escorrentía y la erosión, provocan aguas sin freno que van a cañadas, arroyos y ríos provocando violentas inundaciones”, alertó la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú en base a un estudio de la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República.
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UPM 2 arrojó al arroyo Sauce un millón de litros de agua con componentes de soda caústica en un accidente que si bien ocurrió en agosto pasado, tomó estado público en octubre y fue reconocido por la empresa recién un mes después.
Las consecuencias, documentadas por el Ministerio de Ambiente, fueron pérdida de especies vegetales de flora acuática y arraigada, como así también una posible destrucción de microalgas, y la muerte de más de 250 peces.
ONG vecinales y ambientales habían denunciado desde junio pasado filtraciones en las piletas de tratamiento de la planta Paso de los Toros.
Empresa y gobierno dieron por saldada la cuestión con una multa de 182.000 dólares –inicialmente el monto era de u$s 42.000-, considerada irrisoria por los activistas que señalaron que UPM obtiene ganancias diarias por 650.000 dólares.
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