El regreso del Frente Amplio (FA) al poder abre un intenso, de la mano del triunfo de Yamandú Orsi, aunque breve, período de negociaciones políticas tanto en el interior de esa fuerza como en el de la Coalición, que aún debe asimilar el golpe.
Ganó Yamandú Orsi y se abre un período de condicionantes políticos
El Frente Amplio deberá resolver los nombres de la futura administración. La Coalición, examina su cohesión.
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La resolución del balotaje 2024 sorprendió a todos. No tanto por los números finales, sino por la velocidad en que se resolvió. El desenlace casi no dejó lugar para los típicos “rosqueos”, de un lado y del otro, que acompañan la inquietud de la demora electoral.
Fue una noticia quirúrgica para Álvaro Delgado y la Coalición Republicana. Había líderes del resto de los partidos coalicionistas que aún no habían llegado a la sede de Bouelvard Artigas cuando en la tele los encuestadores avisaron que Orsi triunfó con una tendencia irreversible.
Se impuso, entonces, una reacción presurosa. El ritmo lo marcó el propio presidente Luis Lacalle Pou que dejó antes de las 21 horas la Torre Ejecutiva donde iba a esperar los resultados electorales. Ya todo estaba definido.
Delgado subió al escenario aupado por Andrés Ojeda, Pablo Mieres, Eduardo Lust y Guido Manini Ríos, y ocupó buena parte de su discurso de derrota a tratar de ratificar los cimientos de una coalición cuya buena salud está por verse.
El de la derrota es un territorio desconocido para una alianza política que se forjó al fuego de vencer electoralmente y que su único ejercicio de convivencia lo tuvo en el gobierno.
Los interrogantes se imponen. ¿Quién la liderará ahora que Delgado perdió? Ojeda disputó ese puesto y seguirá activo desde el Senado, pero tiene sus propias pujas de poder en el Partido Colorado (PC). El propio Lacalle Pou sembró la posibilidad de asumir su banca, algo que muchos, en estas primeras horas de análisis poselectoral, dan como un hecho.
¿Podrá mantenerse la cohesión? Los díscolos de Cabildo Abierto (CA) volvieron a insistir anoche en que la coalición en rol de oposición no tiene sentido. Quizás haya un último aliento que la mantenga como tal hasta las elecciones departamentales de mayo, donde se presentó lema en tres departamentos. Solo el tiempo lo dirá.
El Frente Amplio, en cambio, abrirá prontamente la negociación interna para conformar el gobierno de Yamandú Orsi. Serán horas aceleradas para terminar de dar forma a diálogos subyacentes.
El exintendente de Canelones marcó la pauta en un área sensible como la economía, designando a fines de setiembre a Gabriel Oddone, como titular del MEF. No fue un camino sencillo y las voces descontentas por su tono moderado persisten. Alejandro “Pacha” Sánchez será su secretario de Presidencia. Se trata de su jefe de campaña, un hombre fuerte del MPP y de confianza de José Mujica, cuyo regreso a la política de decisiones merece un capítulo aparte.
El trabajo de Orsi y su equipo será el del equilibrista, con sectores más intransigentes tirando de la cuerda. El FA dio una primera muestra de gestión de esas tensiones internas muy anticipadamente cuando, en febrero, confirmó que la fórmula presidencial se conformaría con el primero y el segundo de las internas. Cumplió y Carolina Cosse será la vicepresidenta del Uruguay y la titular del Senado desde el 1 de marzo.
Es cierto es que el Frente Amplio, en sus 15 años de gobierno, tuvo ejercicio de negociación y acuerdos internos. Pero igualmente verdadero es que eso ocurrió bajo liderazgos potentes que el partido ya no tiene.
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