“La igualdad se construye con políticas efectivas”, sostiene el documento que contiene los compromisos iniciales en materia de políticas de género del nuevo gobierno del Frente Amplio (FA) y es un primer acercamiento al impulso que esta gestión busca darle a este tema; la otra arista fue la designación de Mónica Xavier, un cuadro histórico frenteamplista y de la militancia feminista, al frente del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).
"La violencia es muy democrática, no excluye a ningún sector social ni cultural", aseguró Mónica Xavier
La directora del Inmujeres dialogó con Ámbito sobre las perspectivas del organismo dentro de un gobierno que planteó un ambiciosa agenda de género.
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Mónica Xavier, directora del Inmujeres, dialogó con Ámbito sobre los objetivos y desafíos del organismo.
En Uruguay hay una denuncia por violencia de género cada 13 minutos, la última medición oficial sobre la brecha salarial de género es del 2018 y las oportunidades para las mujeres siguen siendo desiguales frente a sus pares varones en los planos laboral, económico y de cuidados.
Ámbito dialogó con Xavier, cardióloga, exsenadora y expresidenta de la coalición de izquierda entre 2012-2015, sobre las perspectivas de trabajo al frente del Inmujeres.
¿Cuáles son los principales objetivos y desafíos del Inmujeres en esta nueva gestión?
- Uno de ellos es atender de la mejor forma y ampliar algunos cupos de alojamiento este año y para lo que es la atención a la violencia hacia las mujeres, sobre todo la forma más grave que es aquella en que la mujeres y sus hijos corren riesgo de vida. Todavía no tenemos un presupuesto genuino sino heredado, pero necesitamos extender en el territorio nuestra respuesta. Tenemos la posibilidad de trabajar en conjunto con varios organismos del Estado y atravesar la política de todos los organismos con medidas que vayan hacia la cuestión de las diversas manifestaciones de violencia. Este peróxido de la sociedad uruguaya tiene algunas manifestaciones como es la violencia territorial, producto del crimen organizado y el narcotráfico, pero también la violencia producto de lo que conlleva la disponibilidad y la tenencia de armas.
Tenemos también este año la posibilidad de discutir un presupuesto nacional con perspectiva de género, que incorpore recursos en aquellas áreas donde puede significar un cambio en las condiciones de las mujeres que viven una realidad desigual. Hay esperanza de que podamos trabajar en el conjunto del Estado en políticas específicas como, por ejemplo, la creación de más centros de cuidado no solo para niños y niñas, sino también para adultos mayores, que muchas veces están a cargo de las mujeres.
Entre los 14 ministerios, incluyendo la OPP, se plantearon 90 compromisos. ¿Cuál es el plazo pensado para su cumplimiento y cómo se va a evaluar el mismo?
- Hay compromisos de distintos alcances. Nosotros lo único que dijimos es “elijamos un número razonable y realizable”, algunos pueden cumplirse durante el primer año y otros están planteados a los largo de los cinco años, así que iremos evaluando etapas. La evaluación en cada ministerio se va a llevar a cabo a través de los mecanismos de género que hay en las diversas carteras, que hay que revisar si todos están activos, porque sin duda estuvieron poco jerarquizados en el gobierno saliente.
También hay organismos que forman parte del consejo que Inmujeres dirige y es una forma más permanente de trabajo interinstitucional. Esa red que hay que potenciar y tensar es la que nos permite también ir dando impulso permanente a esos compromisos puntualmente definidos y a una política que se tiene que profundizar.
Sentimos que es muy importante ponernos esos compromisos y además comprometernos a la rendición de cuentas año a año (cada 8 de marzo), porque es hacer que la ciudadanía vaya tomando posicionamiento e involucrándose en esta temática. Es clave la mirada y la participación de las comunidades en los diferentes territorios. Y todas estas políticas llevadas a la realidad de la gente es como podemos llegar a avanzar, a modificar los comportamientos y a asumir los cambios de manera sostenible, también necesitamos un cambio cultural que acompañe.
Habla de un cambio cultural, pero ¿qué implica que personas de gran representatividad política y visibilidad como legisladores del Partido Colorado propongan las modificaciones en la ley de violencia basada en género, por ejemplo?
- Lamentablemente no me sorprende, porque alguno de los representantes ya había tenido expresiones absolutamente incompatibles como que una niña de 12 años podía disfrutar de una relación con un adulto mayor, cuando además, siendo un operador jurídico, bien sabe que eso constituye un delito. Esa postura está en las antípodas de lo que pretendemos llevar adelante. Nos van a encontrar siempre del lado de mejorar la respuesta del Estado, de preocuparnos y de sentir que estamos haciendo lo genuino para no retroceder en materia de derechos y de protección de derechos de los más vulnerados. Daremos la discusión esencialmente con la sociedad, alejados de una visión negacionista o reduccionista. La violencia es muy democrática, no excluye a ningún sector social ni cultural, nos puede ocurrir a todos. Y la ajenidad no es buena consejera.
El Frente Amplio desarchivó un proyecto de ley para medir la brecha salarial de género, y ese es también uno de los compromisos planteados por el Poder Ejecutivo, ¿qué nivel de importancia tiene esto?
- El proyecto se va a discutir, veremos después de ese debate cómo queda el texto final, pero el tema es extremadamente importante. Muchas veces decimos que Uruguay tiene salarios similares y hay muchas áreas que efectivamente es así, pero cuando vamos a la historia laboral y la trayectoria en el ámbito de trabajo, vemos que el varón tuvo muchas más oportunidades de presentarse a concurso, de ascender, mejorar condiciones de remuneración, de hacer horas extra. Mecanismos por los cuales las mujeres, en general, por los condicionamientos de cuidados se ven limitados. Porque es un limitante en las oportunidades de las mujeres el no tener la garantía de que un sistema de cuidados ayude junto a sus arreglos familiares y a una mejor distribución de la carga de cuidados. Hay desajustes que hay que poner en números, evidenciar para poder rectificar.
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