En su primera ponencia como flamante presidente del Uruguay, Yamandú Orsi, luego de su promesa en el Parlamento, resaltó el compromiso con la libertad, la verdad y la justicia, siendo que se cumplen 40 años de democracia ininterrumpida en el país, por lo que remarcó que trabajará por la unidad en la política.
"Me rebelo a ese país de las dos mitades", dijo Yamandú Orsi en su primer discurso como presidente
El flamante mandatario recordó que hace 40 años que el Uruguay conserva la democracia y expresó su compromiso por mantenerlo.
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Yamandú Orsi enunció su primer discurso como flamante presidente del Uruguay.
"Yo Yamandú Orsi, me comprometo por mi honor a desempeñar lealmente el cargo que se me ha confiado y a guardar y defender la Constitución de la República", dijo el flamante presidente en su juramento en el Parlamento, antes de comenzar su primer discurso como mandatario.
Presentado por la vicepresidenta de la República, Carolina Cosse, el jefe de Estado se dirigió a los presentes, tanto a los mandatarios de otros países, expresidentes, autoridades de los diferentes poderes, como así también al pueblo uruguayo. "Un día como hoy, pero hace exactamente 40 años, Uruguay recuperaba su democracia", recordó el presidente. "Asistimos al periodo más largo de la democracia en la historia de nuestro país", agregó.
"Hay secuelas de ese período que continúa hasta hoy", lamentó Orsi respecto a la persecución política y la crueldad humana que se vivieron en esos tiempo. "Por eso, es tan justo como imprescindible mantener intacto el compromiso con la libertad, la verdad y la justicia", sentenció seguido por un aplauso unánime.
En ese sentido, el presidente resaltó la alternancia de partidos políticos en los gobiernos. "Por eso decimos que el Uruguay funciona", remarcó. "Gracias democracia, gracias república, gracias partidos políticos, por hacer de este Uruguay una amalgama plural de convivencias que aún despierta asombro en el mundo", dijo.
Agradecimiento y unidad
Posteriormente, remarcó que su trayectoria política estuvo marcada siempre por las personas que los acompañaban. "No llego solo, llego con la experiencia de mis años en mi querido Canelones, con lo aprendido de cada vecino o vecina con quienes trabajamos por un mejor departamento. Llego también con la enseñanza de los queridos Marcos Carámbula, Tabaré Vázquez y José Mujica", remarcó.
Por otro lado, resaltó la importancia de los partidos políticos como "vasos comunicantes de la democracia con el pueblo" y su presencia en la sociedad, al calificarlos como "una vacuna contra los excesos surgidos del mesianismo".
"Sabemos que tenemos que atesorar esta construcción en tiempo donde proliferan las expresiones de anti política y las lógicas excluyentes. Seamos siempre adversarios pero nunca enemigos", pidió. "Alejémonos todo lo posible del cinismo y la frivolidad par ano tener que lamentar el descreimiento en la política y sus consecuencias", resaltó.
Reconocimiento a los expresidentes por la "acumulación positiva
Por su parte, el flamante mandatario resaltó la estabilidad política, económica y social del país y agradeció a los expresidentes Mujica y Vázquez, pero también a los presentes Julio María Sanguinetti, Luis Lacalle Herrera y al ya fallecido Jorge Batlle, así como al jefe de Estado saliente Luis Lacalle Pou.
"Este gobierno llega precedido entonces de esa acumulación positiva", marcó, destacando que ayudó al país a "superar en 2002 su peor crisis", mientras expresó su "convicción de cultivarla en distintos planos de la vida nacional".
En ese tono, el flamante presidente destacó que la acumulación positiva "ha permitido también que Uruguay sea un país de reglas estables, donde los contratos se cumplen" y aclaró: "No vamos a ignorar las reglas de funcionamiento de la economía que Uruguay mantiene desde su restauración democrática".
"No llegamos al gobierno con la lógica de imponer. Personalmente, me rebelo contra ese país de las dos mitades, donde la mitad que gana recurre al ordeno y mando y la otra debe estar condenada a obedecer bajo protesta", remarcó en uno de los tramos salientes de su discurso.
La impronta de su gestión
Orsi remarcó que llega “con el mandato ciudadano de cumplir un programa y una orientación específica de gobierno, que aspira a revertir los problemas urgentes” y aclaró: “Dijimos y repetimos en la campaña electoral que no llegaríamos al gobierno con un espíritu refundacional, pero sí con la certeza de que las causas de nuestro pueblo no admiten la menor demora”.
En esa línea, reiteró su visión de “recuperar una senda de crecimiento que genere mayor cantidad y calidad de trabajo”, apuntando a “un piso de dignidad salarial y una mejor distribución del ingreso”.
A su vez, el presidente manifestó que “los pilares del Uruguay productivo están sustentados por su pasado, por su presente y su futuro”, poniendo de relieve “el Uruguay ganadero que viene desde nuestros orígenes; el Uruguay con su soberanía y sustentabilidad energética; y el Uruguay de la ciencia, la investigación y la innovación como pilares para el desarrollo y su contribución a una economía basada en el conocimiento”.
Al respecto, llamó a articular acciones contra “el evidente cambio climático”, al considerar que “la preparación de nuestro país para eventos extremos es una necesidad ineludible”, por lo que apuntó a “fortalecer nuestra infraestructura, mejorar los sistemas de respuesta y priorizar políticas de mitigación y adaptación”, mencionando al respecto lo “imperioso” de avanzar en un Plan Nacional de Aguas.
“Haremos todos los esfuerzos para ampliar y mejorar la producción de carne, de arroz, de soja, de madera y celulosa”, manifestó acerca de la producción agroexportadora, mientras ratificó la creación de una Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Seguridad, pobreza y salud mental
Finalmente, Orsi llamó a articular la seguridad pública, a la que calificó como “uno de nuestros derechos humanos fundamentales”. Así, prometió que “no habrá contemplación alguna con el delito, ni con su represión”. A la vez, admitió que “la solución será insuficiente -y hasta demagógica- si no atendemos decididamente las múltiples causantes de la violencia”.
En ese sentido, reforzó el compromiso con “la lucha frontal contra el crimen organizado, el narcotráfico y el lavado de activos”, para lo cual consideró importante “la colaboración y cooperación entre los países hermanos”.
A su vez, instó a “colocar todo el peso del Estado en combatir afrentas dolorosas que nos niegan como sociedad”, mencionando como “la primera de ellas” a la pobreza infantil, ya que “un país que no cuida a sus niñas y niños no se cuida a sí mismo”.
“También es urgente atender los problemas de salud mental, que afectan de manera transversal e intergeneracional a parte de nuestra población”, planteó, para lo que consideró importante abordar desde “una lógica integral”, incluyendo las visiones social, sanitaria, cultural y comunitaria.
Inserción internacional y llamado a la paz
En el final de su alocución, el presidente puso el foco en la integración regional y dijo que realizará “esfuerzos para contribuir con la estabilidad y la paz en un mundo cada vez más complejo y cambiante”.
Sobre la relación con los países vecinos, sostuvo que algunas de las banderas de su período serán “el avance de las acciones y acuerdos del Mercosur, el reforzamiento de la Celac, la participación cada vez más activa en la OEA, la profundización de la cooperación Sur-Sur y la multiplicación de los acuerdos con los grandes países de referencia de nuestro mundo en forma bilateral y multilateral”.
“Una de nuestras principales responsabilidades es que esta región siga siendo un continente de paz, con mayor estabilidad, equilibrio social y económico”, resaltó, pero sin perder la vista en buscar “un mejor proceso de integración”.
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