El futuro ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone, ha vuelto a manifestar su intención de desindexar la economía, incluyendo el ámbito de las negociaciones salariales. Esta idea de parte de Oddone no es nueva: ya lo había manifestado en recientes columnas periodísticas e incluso en el libro de reciente publicación “El Despegue”, que reúne buena parte de su pensamiento económico.
¿Qué implica desindexar los salarios como propone el gobierno electo?
El designado ministro Gabriel Oddone anticipó su intención de avanzar en este proceso sobre los diferentes precios de la economía.
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Gabriel Oddone planteó desindexar los salarios para "apuntar a niveles más bajos de inflación"
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"No hay manera de que el movimiento obrero esté de acuerdo con una desindexación salarial", aseguró Marcelo Abdala
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La desindexación de los salarios podría contribuir a una baja adicional de la inflación.
Tampoco es novedoso que se plantee esto como medida de gobierno. En el segundo gobierno del doctor Tabaré Vázquez el equipo económico frenteamplista de aquel momento inició ese camino, aunque luego no se profundizó completamente.
Yendo a la pregunta concreta: ¿qué es desindexar los salarios? O antes incluso, en términos más generales: ¿qué es desindexar? Como la propia palabra lo indica, desindexar es dejar de indexar, es decir, dejar de establecer un determinado precio en base a lo que indica un determinado índice.
El ejemplo de la Unidad Indexada
Pongamos como ejemplo el conocido caso de la Unidad Indexada (UI), creada hace pocas décadas como unidad de valor en Uruguay. Esa unidad se va ajustando -”indexando”- según el IPC (Índice de Precios del Consumo), de manera que el ahorrista que tiene sus ahorros en UI no pierde valor real en los mismos. Del mismo modo, una persona que toma crédito en UI sabe que el capital prestado mantendrá su valor real, mientras se va pagando mes a mes con sus correspondientes intereses. Es una herramienta para estimular las colocaciones en pesos, garantizando (por indexación al IPC) que el valor real se mantenga.
Con el salario (que es un precio clave de la economía), los ajustes también están indexados, precisamente para mantener su valor real: se ajustan por inflación pasada o futura (proyectada), con correctivos si la inflación supera el ajuste pautado. Según las circunstancias, se agregan algunos puntos más de aumento para aumentar el salario en términos reales. Así se trabaja habitualmente en los Consejos de Salarios.
La indexación y su impacto en la inflación
¿Por qué desindexar entonces? Evitar perder salario reales un objetivo lógico, en particular para los trabajadores, pero la indexación salarial puede estar siendo un freno para bajar la inflación (otro objetivo deseable) de manera más firme y permanente.
En la dinámica de la economía, los aumentos salariales -en especial cuando no vienen acompañados de mayor productividad o producción-, pueden generar aumentos adicionales de precios de los productos producidos (por costo) o consumidos (por mayor demanda). Si este proceso se exacerba -y en Uruguay ha ocurrido- las ganancias de salario real tienen patas cortas, porque se genera una inercia inflacionaria muy poco deseable.
Dicho de otra manera, los ajustes salariales con pautas de indexación por inflación pueden proteger el salario real en el corto plazo, pero reducirlo a mediano y largo plazo, en la medida que tienden a subir la inflación. Y si el problema se agudiza, además se pierde empleo.
Hay que recordar que un trabajador puede ajustar su salario todos los años (en enero) por inflación, pero si la tasa de inflación es mayor pierde más salario en el período intertemporal. Ante esta situación, muchas veces los sindicatos piden ajustes semestrales, agudizando el problema.
La posibilidad de un ajuste nominal fijo
Desindexar los salarios implicaría entonces un ajuste nominal, fijo, que sea coherente con las metas de inflación. Tomando el escenario actual en el que el Banco Central del Uruguay (BCU) tiene un rango meta de 3 a 6%, con centro en el 4,5%, sería razonable pensar en ajustes nominales de los salarios en torno a ese porcentaje, como pauta general.
Si una cierta empresa o sector por sus circunstancias positivas particulares puede pagar más (por mayor productividad o producción) bienvenido; sería una forma más sana y genuina de aumentos salariales, que a la larga benefician a toda la economía.
En definitiva, desindexar los salarios es un pilar importante para continuar el proceso de reducción de la inflación y mantener la baja. Pero observado desde el punto de vista de los trabajadores y sindicatos, exige una credibilidad alta respecto a que la inflación tampoco se va a ir del rango; por eso es clave la gestión del BCU. A la larga, una inflación baja y estable apuntala el valor real del salario y los ingresos, acercándolos más a la productividad real de la economía.
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