6 de noviembre 2024 - 08:23

¿Qué pasa con la representatividad política en Uruguay y cuál será su futuro?

El Senado estará ocupado por una mayoría frenteamplista, mientras que la Cámara de Diputados se encuentra divida.

El FA tendrá mayoría en el próximo Senado.

El FA tendrá mayoría en el próximo Senado.

“Si la democracia no cambia institucionalmente, va a estar enferma”, aseguró el expresidente José Mujica cuando emitió su voto en las elecciones presidenciales de octubre. El exmandatario, con esa impronta de adelantarse a los tiempos que lo caracteriza, brindó esta declaración a los medios, poniendo en duda la representatividad en el Parlamento que, según consideró, se está volviendo cada vez más obsoleta en estos tiempos modernos.

“Institucionalmente la democracia, por la complejidad de la sociedad moderna, va a tener cambios sustantivos. En el futuro lo que veo que va a haber son mini gobiernos. Es imposible resumir en 80 tipos todo el conocimiento”, remarcó.

De esta manera, Mujica pone sobre la discusión cuán representativo es el Parlamento que votaron los uruguayos en las elecciones legislativas y cuáles son los desafíos que ponen sobre la mesa los métodos de asignación de bancas en un mundo que cambios vertiginosos.

Un Parlamento dividido

Las elecciones parlamentarias dieron como ganador del Senado al Frente Amplio (FA) con un total de 16 bancas, al Partido Nacional (PN) quedó con 9 y el Partido Colorado (PC) con 3. En tanto, los resultados de la Cámara baja, por sus características un tanto más equitativas, posicionaron al FA con 48 bancas, al PN con 29, al PC con 17, a Cabildo Abierto (CA) 2 y una para el Partido Independiente (PI), sumando un total de 49 diputados para el Coalición Multicolor. No se debe olvidar el batacazo de la jornada, el partido de Gustavo Salle (Identidad Soberana) que obtuvo 2 bancas.

Con este panorama, la previsión de Mujica pone en duda cuán representativos han sido los resultados parlamentarios. “El sistema electoral de Uruguay es de una representatividad proporcional casi perfecta. Tenemos una Cámara de Diputados que tiene 99 miembros que se distribuye de manera proporcional, por lo que un partido que alcance el 1% de intención de voto entra con un diputado a la cámara”, aseguró el politólogo Mauro Casa en diálogo con Ámbito.

“Al ser 30 bancas en el Senado – 31 con la vicepresidenta – vos tenés una barrera implícita en, aproximadamente, 3% de los votos. No es que el método D'Hondt ponga una barrera, pero para llegar tenés que estar muy cerca del cociente, o sea, del valor de la cuota de la banca. Esa es la gran diferencia que tiene este sistema con otros más tradicionales”, explicó, por su parte, el analista político Daniel Buquet.

Así, los grandes partidos logran un mayor acceso a la Cámara alta dejando a los más pequeños en desventaja. “Cuando no llegan a ese 3%, los partidos no logran acceder, entonces eso hace que se distorsione un poco la proporcionalidad”, explicó Casa respecto al sistema D'Hondt que se utiliza para repartir las bancas en el Parlamento y donde los partidos mayores tienden a quedar sobrerrepresentados.

¿Gobernabilidad o representatividad?

Respecto a los dichos de Mujica, Buquet tiene una posición bastante clara: “Opinar que dejar a alguien afuera porque no llega al 3% dañe la representación, es muy discutible. Alemania tiene una barrera explicita del 5%, el Senado argentino, brasileño y mexicano, que son países federales, dan tres senadores por provincia. El Senado uruguayo es mucho más representativo”.

“En esta elección se dio el caso curioso de que ninguno de los partidos menores logró acceder a la Cámara de senadores, aunque sí accedieron a Diputados”, agregó Casa, refiriéndose a Cabildo Abierto, el Partido Independiente y a la sorpresa de la jornada electoral: Identidad Soberana.

Con estos resultados, Casa opinó sobre el logro de Salle: “Hay algo positivo en que un candidato antisistema como es Salle, que tiene un discurso muy incendiario y muy anti casta, pueda acceder al Parlamento. Es bueno que el sistema tenga la capacidad de absorber este tipo de manifestaciones antisistema, no las excluye, sino que, al ser tan proporcional, le brinda la posibilidad de que estén representando esa sensibilidad ciudadana que existe”, comentó.

Así, la representatividad pone constantemente en tensión la gobernabilidad de quien esté el mando. “Si diseñás un sistema electoral, pensás en cómo hacer para que la diversidad de la sociedad se pueda expresar, pero, por otro lado, tratás de resolver cómo darle instrumentos al gobierno para que pueda gobernar”, explicó Buquet.

La tensión entre las mayorías en el Parlamento compromete la gobernabilidad de quien será presidente del Uruguay en la próxima gestión. Con la mayoría en el Senado, el Frente Amplio podría llegar a dificultar el gobierno de Álvaro Delgado, en caso de ganar las elecciones, mientras que, si Yamandú Orsi es proclamado como presidente del país, tendría una mayoría que le garantizaría que varios de sus proyectos se aprueben. “Es una prueba de fuego para la democracia de Uruguay”, aseguró Buquet.

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