El sector agropecuario anticipa un año con perspectivas positivas, vinculadas a los rendimientos promisorios de los cultivos y la situación de la ganadería, aunque sin dejar de observar algunas luces amarillas en el horizonte
Señales positivas y luces amarillas, las proyecciones del agro para 2025
La expectativa por los precios internacionales, el valor del dólar y el desafío de la competitividad aparecen en la agenda para este 2025.
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Los precios internacionales de los cultivos encienden algunas luces amarillas en las perspectivas positivas del agro.
Los precios internacionales son un factor fundamental, con signo positivo en el caso del ganado y un panorama menos alentador en el caso agrícola, mientras que el valor del dólar y la apertura de mercados asoman nuevamente entre los reclamos del agro para lograr una mayor competitividad.
El agro pone el foco en los precios internacionales
Las expectativas para 2025 suman luces y sombras. El presidente de la Federación Rural (FR), Jorge Rodríguez, manifestó en declaraciones a Ámbito que “la zafra viene muy bien en términos generales”, al destacar el nivel “muy promisorio de rendimientos en los cultivos”, mientras valoró los “buenos precios” de la carne en la ganadería, junto con la “bonanza forrajera”, por lo que evaluó: “Tanto en leche como en carne, el momento es muy bueno”.
En tanto, el presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), Patricio Cortabarría, coincidió en diálogo con este medio en que “se ha entonado mucho el precio de la tonelada exportada de carne vacuna” y vaticinó “una buena perspectiva de que se va a sostener por uno o dos años, a no ser que suceda algo extraordinario”.
Al ser consultado por las crisis en las empresas de inversión de ganado, Cortabarría minimizó el impacto al considerar que “estamos hablando de menos del 1% de la agenda del Uruguay” y analizó que “se da en un momento para que puedan liquidar activos a buenos valores y poder hacer una buena recuperación de haciendas vivas”.
Con respecto a los cultivos, lamentó los valores bajos y puso énfasis en lo que pueda ocurrir en el escenario global, en medio de la política arancelaria de Donald Trump en Estados Unidos. “Vamos a ver qué pasa con la guerra comercial y si China le deja de comprar soja a EE.UU. Ahí quizás tengamos un precio más tonificado”, apuntó.
Los focos de conflicto son "luces amarillas"
Por otra parte, Cortabarría se refirió a los focos de conflicto, principalmente con problemas en la industria frigorífica y láctea. “Hay temas de competitividad que afectan no sólo al agro, sino a muchas cadenas”, observó inicialmente.
En esa línea, profundizó: “Estamos caros para producir, con costos internos bastante elevados. Le pasa a la industria frigorífica con respecto a lo que cuesta faenar en otros países. Esto viene repercutiendo con el cierre de plantas”.
A su vez, precisó que no se logró cerrar buenos acuerdos en la negociación salarial y señaló que “es difícil ponerse de acuerdo cuando está tan apretada la cuenta y eso pasó a fin de año”.
En tanto, para Rodríguez, esta clase de episodios “sin duda son luces amarillas” en el sector. No obstante, aclaró que “se ha ido haciendo lo mejor posible en cada rubro para sortear los inconvenientes, con mayor o menor éxito”.
El valor del dólar y el atraso cambiario
Por otra parte, el referente de la FR se refirió al valor del dólar y una posible apreciación, tras las sostenidas críticas por atraso cambiario hacia la gestión de Luis Lacalle Pou. “La base del agro son los productos transables, lo que marca que el tipo de cambio tiene efectos directos sobre los resultados de los negocios”, señaló, en momentos donde la divisa estadounidense tiende a bajar en el mercado local.
En paralelo, Cortabarría consideró que el Tipo de Cambio Real (TCR) “sigue lejos de sus fundamentos”, al encontrarse hoy a la baja apenas por encima de los 42 pesos. “Estamos bastante por debajo de lo que marca y entendemos que perdimos algo de valor en los últimos 30 días”, apuntó.
En ese sentido, consideró que “es un factor que explica mucho de la rentabilidad de las empresas y entendemos que hay que cuidarlo”.
Los aranceles como respuesta al desafío de la competitividad
Sin embargo, el tipo de cambio no es el único factor a corregir para mejorar la competitividad. Sobre este tema, el presidente de la ARU puso la lupa en temas arancelarios. “Hoy Uruguay le vende mucho a Estados Unidos y, entre China y ellos, se está yendo el 70% de la carne”, planteó, para luego recordar que en el gigante asiático se paga 12% de arancel, igual que un cupo en Estados Unidos, mientras dos tercios del total paga un 26,4%.
“Tenemos margen para mejorar la competitividad en la medida que se pueda llegar a acuerdos comerciales. Pueden ser Tratados de Libre Comercio (TLC) o ciertos acuerdos comerciales que permitan bajar las tasas arancelarias”, postuló Cortabarría y señaló que en los aranceles por la carne “se paga el equivalente al 50% de la UdelaR”.
En paralelo, Rodríguez recordó que se abren nuevas perspectivas con el Acuerdo Mercosur-UE, para el cual resta la aprobación final y podría empezar a regir el año que viene. “Sin duda será una mayor cuota de mercado en muchos productos que sabemos que son exigentes en calidad, pero tienen buenos precios”, valoró el referente de la FR.
Sobre esta posibilidad, agregó: “Además, hay un cúmulo importante de requisitos que Uruguay cumple como base de bien público, lo que al productor le agrega valor a lo que hace”.
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