Los productores uruguayos tienen una gran preocupación por una sequía que dejará secuelas difíciles de contrarrestar para la economía de Uruguay. En particular, desvela la situación de la soja, uno de los principales productos de exportación y clave en la balanza comercial del país. ¿Cómo se comportó este cultivo en la anterior seca y qué efectos causó para el PBI agroexportador?.
Sequía y golpe a las exportaciones: esto pasó con la soja en 2018
La seca de 2017 tuvo un efecto considerable en las exportaciones del año siguiente. ¿Qué ocurrirá este año?
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El 2022 cerró con un récord de exportaciones agroindustriales superando los 10.000 millones de dólares, donde también se logró un crecimiento de la economía con un producto bruto interno en torno al 5%. En este sentido, las exportaciones de soja también crecieron un 16% respecto de 2021, donde pasaron de 892 a 1.920 millones de dólares anuales, logrando una marca histórica.
Sin embargo, el comienzo de este año no parece ser prometedor debido a una sequía histórica que ya esta dejando secuelas en las cosechas, especialmente en uno de los granos más importantes para el sector agropecuario. La única situación que se puede comparar con este año es la sequia entre los años 2017 y 2018, aunque la gravedad de déficit hídrico que atraviesa el Uruguay actualmente es mayor, coinciden analistas.
En aquellos años, las bajas exportaciones de la soja afectaron el porcentaje del total de exportaciones de 2018, es por eso que se resalta la importancia de este grano. En 2018, el total de aumento de exportaciones realizadas desde zonas francas, según Uruguay XXI, fue de apena 0,4% totalizando 9.088 millones de dólares. Pero esto se vio afectado por la mala cosecha de la soja ya que, de no haber sido por esta, las exportaciones habrían aumentado un 9%. En ese momento, el total de exportaciones de la oleaginosa fue de 526 millones de dólares, un 56% menos que en 2017.
¿Qué pasará este año?
Las esperanzas de que la situación mejore para los productores uruguayos son pocas, las precipitaciones que tuvieron lugar no fueron suficientes y las previsiones tampoco son favorables como para solucionar el déficit hídrico que sufrieron los cultivos. La soja se encuentra en una situación muy comprometida con un 60% de los cultivos arruinados por falta de agua.
El ingeniero agrónomo Ismael Turban confirmó a Ámbito.com la situación tiene tendencias a empeorar. “En el corazón agrícola y muchas zonas se enfardaron o pastorearon soja y maíz”, afirmó y agregó que, en comparación con el 2018, el impacto en la economía uruguaya sería mucho mayor.
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